El lavavajillas es un electrodoméstico indispensable del hogar, especialmente en aquellas casas en las que conviven muchas personas.
Por eso, su cuidado y durabilidad son tan importantes y tener presentes una serie de consejos ayudará a garantizar que duren más años y lo hagan de forma más eficiente.
Su limpieza a fondo es evidente, y el mantenimiento de los filtros es uno de los aspectos más importantes. Sin embargo, existen otras opciones para ayudar al electrodoméstico a funcionar mejor.
Una de estas pasa por la limpieza a fondo de los brazos rociadores, que son los encargados de expulsar el agua a presión contra toda la cubertería, vajilla y cristalería para hacer que se limpien.
Agua a presión
La presión de agua de estos agujeros está directamente relacionada con el éxito de su limpieza, así que es más que razonable mantener estos agujeros despejados y lo más limpios posible.
Una opción para ello es desmontar estos brazos y lavar de forma tradicional las aspas. Para ello, además de apagar y desenchufar la máquina, hay que retirar la cesta inferior, extraer el brazo rociador y presionar normalmente en sentido ascendente para separarlo.
No obstante, existe otra opción menos ortodoxa que pasa por limpiar estos agujeros manualmente ayudándose con palillos u objetos que tengan un poco de punta. Para llevar a cabo esta acción, se puede separar el brazo o hacerlo in situ, aunque esta segunda manera de limpiar será, obviamente, mucho más incómoda.
La acción en sí consiste en poner un palillo con mucho cuidado en cada uno de los agujeros y asegurarse de que queden bien destaponados. En estos es donde se acumulan la grasa e incluso los restos de los alimentos, que ahora hay que eliminar por completo.
Después de esta acción agujero por agujero, hay que limpiar las aspas a nivel general con un paño húmedo y un poco de vinagre, lo que terminara de desinfectar la pieza y eliminar cualquier resto de comida.
Para quienes sean reticentes a poner palillos en estos agujeros, también pueden dotarse de un cepillo, bien de limpieza general, bien de dientes, que esté viejo, y pasarlo por la superficie del aspa para quitar de manera global está suciedad, acumulada sin tener que pasar agujero por agujero.
Fotos | Joana Costa
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