El año pasado, mientras despedíamos el otoño, nacía entre fríos tempranos Tapas&Blogs, un evento creado por y para bloggers con Madrid como escenario, un punto de encuentro en el que disfrutar de la gastronomía, aprender, poner en común inquietudes, y sentirnos a gusto sentados a una mesa, acribillando con nuestras cámaras cuanto en ella repose.
Tras unos meses de notable rodaje y siete reuniones, se puede decir que este evento de bloggers gastronómicos madrileños está entrando en su madurez, y como prueba de ello, la vuelta al cole tras la pausa veraniega ha sido una puesta de largo en toda regla, teniendo como marco el restaurante BeChic Lounge , y la firma Beefeater como maestros de ceremonias en una interesante masterclass.
Con estos mimbres nos reunimos el pasado martes un buen número de blogs en una de las salas del restaurante BeChic, recibidos con un cóctel Tom Collins (ginebra, zumo de limón, azúcar o sirope, soda o agua con gas) antes de sentarnos a la mesa.
Distribuidos en cinco amplias mesas, dimos buena cuenta de un menú imaginativo que nos sorprendió con alguna mezcla de sabores tan insospechada como efectiva.
Comenzamos la cena con unos raviolis de manzana caramelizados rellenos de foie, reducción de vino blanco y su ensalada. Una curiosa manera de presentar una mouse a base de foie envuelta en finas rodajas de manzana.
El segundo plato nos mostró una ensalada de vieiras al aroma de trufas acompañada de verduritas de temporada.
El ecuador del menú nos trajo la sorpresa de la que antes os hablaba, un bacalao confitado servido con fresas, toques de vainilla y yogur. Un plato muy limpio en su presentación, en el que el pescado se presentaba muy puro, tierno y rodeado de una cama de fresas cocinadas que complementaban el bacalao de manera muy oportuna. Una espuma de yogur coronaba el plato en una excelente armonía de sabores.
La carne vino de la mano de un carré de cordero, zanahorias y escalonia, con una carne sabrosa pero algo irregular en cuanto a cocción.
La textura de maracuyá llegó a la mesa para volver loca a quién escribe, incondicional de esta fruta tropical. Una copa para tomar en capas con una textura cremosa y un marcado sabor a fruta de la pasión.
Tras la cena disfrutamos de una masterclass sobre la elaboración del gin-tonic, descubriendo cómo este puede elaborarse de manera magistral saliendo del esquema del limón y el hielo, buscando otra manera de potenciar el sabor de la ginebra, y apuntando aquello que nunca ha de hacerse al preparar este combinado.
La puesta en escena fue espectacular, empezando por la máquina en la que se enfriaba la copa mediante nitrógeno líquido, pasando por la destreza manual del maestro coctelero que dejaba deslizar la tónica por la cucharilla para no perder el gas. El espectáculo terminaba de manera visual, contemplando una copa de gran belleza en la que destacaba el color profundo de una rodaja de pomelo dejándose notar en la copa empañada por el frío.
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