Si hay un producto que me gusta tomar directamente del bote, al igual que la crema de cacao, es el dulce de leche. Me lo tomaría a cucharadas o directamente con el dedo, así lo confieso. Esta preparación de origen latinoamericano tiene un sabor tan característico que gusta a muchos, y por eso me decidí a preparar estas magdalenas de dulce de leche para todos.
No sé qué pensarán los argentinos pero la marca que más me gusta con diferencia es Havanna. El precio es superior con diferencia a otras que podemos encontrar en España, más de 2 € por bote, pero realmente si sois fanáticos de esta crema, merece la pena. Espero que os gusten.
Calentamos el horno a 180º C. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema blanca. Agregamos el huevo sin dejar de batir, la leche y el dulce de leche. Echamos la harina tamizada unida al impulsor. Mezclamos con una espátula hasta obtener una crema homogénea.
Vertemos la masa en cápsulas de tamaño medio, para esta cantidad de masa me han salido 8 magdalenas. Ponemos un poquito de dulce de leche por encima de la masa, también se puede poner en medio si os gusta mucho. Horneamos durante unos 15 minutos más o menos, depende del horno.
Sacamos las magdalenas a una rejilla y dejamos templar antes de consumir. Si utilizamos una bandeja de las de hornear magdalenas, el tiempo de horneado puede variar. La magdalena estará lista cuando haya subido, esté ligeramente dorada y blandita al tacto.
Con qué acompañar las magdalenas de dulce de leche
Estas magdalenas de dulce de leche están deliciosas recién hechas, cuando todavía están tibias. Por supuesto, al igual que cualquier otra magdalena, son fantásticas para desayunos o meriendas, por su ternura y sabor. Para conservarlas perfectas deben estar protegidas del aire, así que una lata o bote hermético es fantástico para hacerlo.