De todos los pescados que tenemos habitualmente a mano en la pescadería seguramente la dorada sea uno de los más versátiles y fáciles de hacer. Hoy con esta receta de dorada a la espalda vamos a sacar todo su potencial, aunque hay más opciones.
Dorada a la sal o la clásica dorada a la plancha también son buenas opciones, aunque los pescados al horno quedan especialmente bien sin muchas complicaciones. Apenas tres ingredientes, unos 20 minutos para la receta y la garantía de tener un segundo plato perfecto son todos los elementos que necesitamos para este recetón.
Al hacerse a la espalda conseguimos que quede igualmente jugosa y que la piel, que no se pega, tenga esa textura de pescado a la plancha. Lo mejor de dos mundos en un mismo bocado y además, baratísimo.
Además, esta preparación sirve como entrenamiento para que nos atrevamos con otros pescados a la espalda como pueden ser la lubina, la corvina, la trucha o, si nos dejamos algo más de dinero, besugos, cabrachos o virreyes.
Antes de poner en marcha la receta precalentamos el horno a 180 ºC y echamos una gotita de aceite en una fuente para horno, mejor si además ponemos un papel de horno.
Colocamos allí la dorada con la piel hacia abajo, salamos ligeramente y echamos un chorrito de aceite de oliva. Horneamos durante 15 minutos, vigilando que la dorada no se pase.
Mientras se asa, en una sartén preparamos una ajada. Calentamos desde frío tres cucharadas de aceite y el ajo cortado en láminas. Cuando tenga un poco de color dorado, sacamos los ajos y retiramos el aceite del fuego para que se atempere.
Cuando la dorada esté lista, la sacamos del horno, devolvemos los ajos en láminas al aceite y vertemos el conjunto sobre la dorada y servimos bien caliente.
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Con qué acompañar la dorada a la espalda
Una buena forma de surtir de secuaces a la dorada a la espalda sería añadir unas patatas finamente cortadas al fondo de la fuente donde hagamos la propia dorada, no muy gruesas, para que les dé tiempo a cocinarse, aunque también podríamos cocer unas patatas aparte.
Además del ajo, un chorrito de limón o una salsa de ajo y perejil le irían de perlas, aunque si la dorada es buena no necesita demasiado aditamento. Para que tenga un poco más de punch, podéis añadir un poquito de vino blanco, estilo fino de Jerez, o un albariño, al fondo de la fuente.
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