Seguro que este verano habéis comido helado más de una vez, y a poco que hiciera algo de calor, es más que probable que se derritiera a más velocidad de lo que podíais coméroslo, algo que no os pasaría con el inquietante sándwich de helado que no se derrite ni a pleno.
Lo historia de este sándwich helado comienza cuando Dan Collins, locutor de una cadena local de radio en Sioux Falls (Dakota del Sur, Estados Unidos), escuchó la historia de una señora que aseguraba haberse olvidado al sol unos sándwiches helados de la marca Great Value de Walmart (algo así como la línea económica de este popular hipermercado norteamericano). El caso es que al acordarse e ir a buscarlos: ¡No se habían derretido!
Dan, escéptico por naturaleza, decidió hacer la prueba él mismo en el jardín de su casa un día (relativamente) soleado de verano, con una temperatura ambiente de unos 27 grados, y comprobó como el sándwich helado en cuestión aguantaba estoicamente sin derretirse. Tal y como podemos ver en el vídeo sobre estas líneas, hizo falta más de una hora para que empezara a derretirse ligeramente, soltando una agüilla nada atractiva.
El vídeo, con más 5 millones de visitas, ha causado bastante revuelo al otro lado del charco. Hay quien acusa a su autor de que es un bulo (no lo parece), aunque según Sean O'Keefe, profesor de química alimentaria en Virginia Tech, esta resistencia a las altas temperaturas se debe al menor contenido en grasa de este tipo de helado (son sabor nata, no nata de verdad), y por lo tanto, al tener más agua en su composición y estar más "aireados", les cuesta más derretirse.
En mi opinión, probablemente también influirá la inclusión de ingredientes estabilizadores como goma guar, goma de celulosa y sirope de maíz. En general, y aunque nunca he probado a hacer un experimento de este tipo, siempre he tenido la sensación de que cuanto menor es la calidad de un helado, más lentamente se derrite. Claro que sin llegar a estos extremos.
Foto | Jeff Golden
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