La provincia de Málaga es uno de los lugares de España en los que más ha crecido el turismo en los últimos años. Además de la capital, que se ha transformado por completo, municipios como Torremolinos, Marbella o Torre del Mar son, desde hace décadas, ciudades volcadas al turista que busca sol y playa.
Pero, a lo largo de la provincia, quedan aún pueblos alejados del foco, donde se puede ir a la playa sin estar rodeado de hordas de turistas. Es el caso de Algarrobo, un municipio situado a 32 km de Málaga capital, pero que cuenta con una pequeña extensión a pie de playa, Algarrobo-Costa, perfecta para disfrutar de la Costa del Sol sin la masificación propia de esta zona del litoral.
Un pueblo repleto de historia
La situación del pueblo de Algarrobo, a solo 4 km del litoral, pero ya en la comarca de la Axarquía ha hecho que se mantenga alejado del turismo masivo de la zona, pese a estar muy cerca de la playa.
El municipio, de trazado morisco y ubicado entre colinas, pero con vistas al Mediterráneo, es perfecto para el que busque playa, naturaleza y unas vacaciones sin el agobio de otros enclaves costeros.
Algarrobo posee también uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes del Mediterráneo occidental: la Necrópolis de Trayamar. Este complejo de tumbas paleopúnicas pertenecían a una ciudad fenicia posiblemente surgida en torno a una factoría del siglo VII a.C.
Merece la pena también visitar la iglesia de Santa Ana, construida en el siglo XVII, con unos artesonados típicos de la zona que bien merecen una visita.
La villa cuenta además con una gran tradición repostera y una interesante oferta de bares, con precios mucho mejores que los que se encuentran en la costa.
Una playa sin masificar
Aunque Algarrobo como tal no tiene playa, cuenta con una pedanía, Algarrobo-Costa, que está situada a pie de playa, entre el Puerto de la Caleta de Vélez y la playa de La Mezquitilla. Aunque esta es una de las poblaciones costeras más pequeñas de la Costa del Sol, es también una de las más tranquilas.
Su playa, de 800 m de longitud y 20 m de anchura, tiene Bandera Azul desde 2019 y, aunque tiene los equipamientos típicos de toda playa de la zona, con su paseo marítimo, sus restaurantes y sus chiringuitos, su densidad de turistas está años luz de la de otras playas cercanas. Además, al ser un enclave de reciente creación, el urbanismo es más respetuoso que en otras zonas.
Imágenes | Costa del Sol
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