Aunque tenemos berenjenas todo el año, es ahora, a finales de verano, cuando encontramos las mejores. Y si estás cansado de tomar berenjenas rebozadas o en forma de musaka, nada mejor que esta receta, que además se prepara en menos de media hora.
La receta de milhojas de berenjena, tomate y mozzarella que te traigo es como esa canción que descubres y no puedes dejar de tatarear: sencilla, deliciosa y llena de capas de sabor.
Su elaboración no podría ser más fácil. Cortamos la berenjena, el tomate y el queso mozzarella en rodajas y sumergimos todo en una salsa preparada con ajo, perejil, orégano, aceite de oliva, sal y pimienta. Después, en una fuente, creamos pequeñas torres intercalando láminas y, para rematar, ponemos por encima una loncha de jamón serrano y queso rallado, antes de cocinar todo en el horno a 200ºC, durante unos 12 o 14 minutos.
Es fácil encariñarse con esta receta. Y no solo por su sabor. Para empezar, la berenjena es una verdura con pocas calorías pero llena de nutrientes como fibra, potasio y antioxidantes. El tomate aporta vitaminas como el licopeno, y la mozzarella nos regala calcio y proteínas. Eso sí, con el jamón y el queso rallado, mejor no te pases si tu meta es mantener la línea.
Si eres de los que les gusta experimentar, esta receta es tu laboratorio. Cambia el jamón serrano por jamón de pavo para una versión más ligera. ¿No te va la mozzarella? Introduce queso feta para un giro mediterráneo. En cuanto a la salsa, puedes sustituir el orégano y el perejil por albahaca fresca.
Ya solo falta acompañar tu milhojas con un vino blanco fresquito o un agua con un toque de limón y menta y tendrás una cena de verano ideal para encarar la semana como se merece.
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