Estos son los mejores vinos (sin pasarte de pasta) para hacer un tinto de verano o una sangría y cinco recomendaciones

Estos son los mejores vinos (sin pasarte de pasta) para hacer un tinto de verano o una sangría y cinco recomendaciones
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Santo y seña de las vacaciones españoles, el tinto de verano y la sangría son una suerte de Reyes Católicos del bebercio patrio. Ya se sabe que con aquello del tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando, pero trasladado a las copas estivales.

Fáciles, rápidos, amables y, sobre todo, baratos, son pocos los ingredientes que hacen falta para poner en marcha un tinto de verano o una sangría. Tampoco hace falta demasiado esmero más para poner en danza al sangaree —el padre inglés de la sangría—, pero eso es otro cantar.

Vino (tinto, si queremos ser puristas), algún refresco (gaseosa o de limón, eso va a voluntad) y frutas cortadas (en el caso de la sangría) se encargan de la fiesta. Como remate, hielo en cantidades ingentes para que los tragos estén bien fríos.

Ahora bien, ¿vale cualquier vino para hacer un tinto de verano o una sangría? Pues sí, evidentemente. Aunque esa es la respuesta corta y hay respuestas más largas —y más elaboradas— que no necesariamente pasan por dejarse una fortuna en hacer un tinto de verano.

Cómo elegir un buen vino para mezclar en un tinto de verano o una sangría

Nadie está diciendo que dejemos tiritando la cartera y compremos un Vega Sicilia para acabar mezclándolo con Fanta o con La Casera. Tampoco es la intención de apostar por un Pingus para meterlo con melocotones troceados y dejarlo macerar allí durante horas.

Vaso Sangria Junto Bar Mar

Sin embargo, la realidad es que un tinto de verano o una sangría admite cualquier tinto, pero hay tintos que no le pegan. No ya porque se nos vayan de manos a la hora de pagar, sino porque por su propia elaboración no sean aptos para la mezcla por sabor e incluso por cuerpo.

Estás de suerte si pensabas gastarte poco dinero para hacer tu tinto de verano. Nadie pretende que te dejes 20 euros por botella para acabar mezclándola. Tampoco hace falta que sea tintorro ni el primer vino de brik que encuentres en el supermercado.

Va en gustos, claro, pero hay vinos y vinos —que resulta obvio—. Por eso, lo primero que os recomendamos es que nunca recurráis de vinos que sean crianzas, reservas o grandes reservas para hacer un tinto de verano. No por una cuestión de precio —que también, pero en menor medida— sino porque son vinos que tienen un paso por barrica que, en la mayor parte de casos, le van a dejar ese matiz amaderado, tostado y ligeramente dulzón que no parece muy identificativo de un tinto de verano.

Solà Fred 2022. DO Montsant

No buscamos en el tinto de verano la elegancia, la finura o los taninos pulidos: buscamos frutalidad, frescura y un carácter jugoso, que son los que no destacan en los vinos que han sido envejecidos en mayor o menor medida.

Loquillo 2019. DO Toro

Por eso, nuestras apuestas para hacer un tinto de verano de calidad —o una sangría, o un kalimotxo, o una limonada— es apostar por vinos jóvenes del año. Como mucho, que nos vayamos a perfiles como los que se encuentran en determinadas zonas como Ribera del Duero bajo la categoría de 'Roble' —con algo de madera, pero muy poca, por debajo de la consideración Crianza—.

Vista Lateral Amigos Sonrientes Bebidas

Una cuestión de uvas y de cinco opciones asequibles

Familia Valdelana Cosecha 2022. DOCa Rioja

Sin embargo, el hecho de buscar un vino para hacer un tinto de verano no es sólo cuestión de envejecimiento, también de uvas y del resultado que éstas den. De nuevo, va en gustos, pero mis consejos apuntan a que vayamos a vinos más jugosos y carnosos, con más cuerpo, en vez de opciones más ligeras y delicadas.

Borsao Joven Selección 2021. DO Campo de Borja

El camino lo marcaría con uvas potentes como la tempranillo, las garnachas de Aragón o la monastrell que solemos ver en el Levante. Es decir, vinos que tienen una insolación alta, que generan uvas con mucho azúcar y un buen volumen alcohólico y que no se van a quedar disipados al mezclarse con una cantidad generosa de refrescos o de gaseosas.

Rambla de Ulea 2020. DO Bullas

Va en gustos, claro, pero buscar un vino con poco cuerpo y baja graduación, ya de por sí ligero, y luego 'rematarlo' con un refresco va a cargarse por completo el concepto de tinto de verano. Por contra, si encontráis algún vino con algo más de rotundidad, creo que será mucho más recomendable para hacer un tinto de verano en condiciones.

Imágenes | Dorcky en Midjourney / Freepik

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