Con solo escribir la palabra gingerbread ya pienso en galletas de Navidad, pero tranquilos, aún nos queda algo de otoño para rato. Y es que en realidad este tipo de panes, bizcochos o galletas son ideales también para estos meses, con su miga cargada de especias. Esta versión de pan de jengibre de puré de manzana es como un bizcocho jugosísimo, muy aromático y con ese puntito rústico que tanto me gusta.
La gastronomía europea está llena de recetas de pan especias muy variadas, y a mí me encanta probarlas todas. Diría que los anglosajones aplican el término a masas como esta, más de tipo bizcocho, a veces cargados de frutas y frutos secos. Esta receta es muy sencilla y deja todo el protagonismo a las especias que aromatizan una masa muy jugosa, gracias al puré de manzana que además tan bien con la melaza.
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde rectangular o cuadrado, de poca profundidad, de unos 20 por 30 cm de lado. Se puede cubrir con papel sulfurizado de hornear.
Batir con unas varillas el puré de manzana con los huevos, el azúcar, el aceite y la melaza, hasta obtener una mezcla homogénea. En otro recipiente más grande, mezclar la harina de centeno con la harina de repostería, la sal, las especias y el bicarbonato. Formar un hueco y echar los ingredientes líquidos.
Mezclar con movimientos suaves hasta tener una masa sin grumos secos. Llenar el molde, igualando la superficie con una espátula, y añadir almendras o avellanas picadas al gusto. Hornear durante unos 42-45 minutos, hasta que al pinchar en el centro con un palillo salga prácticamente limpio.
Es preferible no pasarse con el horneado de este tipo de masas ya que buscamos que quede jugoso y no se reseque. Dejar enfriar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar. Colocar sobre una rejilla para que se enfríe completamente y cortar en porciones.
Con qué acompañar el gingerbread
El gingerbread o pan de jengibre de puré de manzana está también muy bueno si se prueba tibio, aunque casi recomiendo esperar unas horas para que se asienten los aromas y gane mucho más. Podemos cortarlo entero en porciones y servirlo como bizcochitos, o envolverlos individualmente y congelarlos. Al ser tan húmedo, es prefrible guardar lo que sobre en la nevera, dentro de un recipiente hermético, si pasan más de 24 horas.
En Directo al Paladar | Muffins de puré de manzana y avena con leche de almendras
En Directo al Paladar | Bizcocho de té negro al jengibre. Receta