¿Los polos son solo para el verano? Casi que se disfrutan más cuando no aprieta tanto el calor, evitando que se derritan en un suspiro. No tener heladera en casa no es excusa para no disfrutar de un refrescante capricho como estos polos cremosos de fresa y yogur griego.
La forma más sencilla de preparar unos polos es triturando nuestra fruta preferida, y si la mezclamos con un buen yogur el resultado será mucho más agradable, más cremoso y suave. No me gusta añadir demasiado azúcar ya que enmascara el sabor de la fruta, pero podéis ajustar las cantidades a discreción. El toque del licor es opcional, pero ayuda a evitar a que se formen demasiados cristales al congelar.
Lavar bien y secar las fresas. Retirar el rabito y cortar en trozos pequeños. Añadir el azúcar, la ralladura de naranja, el Kirsch u otro licor o zumo y una pizca muy ligera de sal, mezclando bien.
Dejar reposar una media hora para que suelten los jugos. Triturar la mezcla en una picadora, procesador de alimentos o con una batidora. Si queremos evitar las semillitas, colar la mezcla.
Añadir el yogur griego y mezclar bien hasta que quede homogéneo. Repartir en los moldes de polo y llevar al congelador. Esperar varias horas antes de desmoldar, o mejor, toda la noche.
Con qué acompañar los polos cremosos
Con unos moldes de silicona, los polos cremosos de fresa y yogur griego se extraen con mucha facilidad, pero para desmoldarlos sin problemas lo recomendable es dejarlos unos segundos bajo el grifo de agua caliente. Personalmente me gusta disfrutarlos a media tarde, como si fuera una merienda, sobre todo cuando aprieta de verdad el calor.
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