Gracias a los marinados podemos obtener unas elaboraciones muy especiales con una textura, aroma y sabor que tentarían al mismísimo diablo. Hay varias clases de marinados dependiendo del plato que queramos elaborar, pueden ser marinados secos, líquidos o pastosos, sus principales ingredientes suelen ser los cítricos, aceites, vinagres, hierbas y especias.
Obtener un marinado seco es relativamente sencillo, tan sólo hay que introducir los ingredientes en el mortero para picarlos, éstos suelen ser semillas y especias combinadas con pimienta, sal, azúcar, etc. Si para este tipo de marinado, deseamos un mayor espesor, bastará con añadir al mortero un diente de ajo, ralladura de piel de limón y el aceite justo para finalmente conseguir un marinado pastoso. Elaborar un marinado líquido es también bastante fácil, en él intervienen productos como el aceite, vinagre, vino, cerveza o cítricos. Con este tipo de marinado, se consigue ablandar cualquier carne proporcionándole una textura y un sabor que conquistará nuestro paladar. Durante la cocción del alimento suele utilizarse el jugo para regar y aliñar la preparación.
Nosotros elaboramos un marinado muy especial para un guiso de conejo, se trata de una combinación de leche con algunas hierbas aromáticas (que dependen del día), luego tan sólo tienes que introducir el conejo en este preparado durante 24 horas, el resultado es sorprendente, proporciona un sabor suave a la carne de conejo y ésta se torna muy tierna y melosa.
¿Conoces tú algún marinado especial que desees compartir con nosotros?