Supongo que como a la mayoría, alguna tableta de turrón os habrá sobrado de las fiestas navideñas. No sé si os pasa como a mí, pero pasadas esas fechas ya no me apetece comer este postre tradicional, por eso me encanta encontrar recetas como este bizcocho de turrón, que me permite dar salida a los sobrantes de dulces y disfrutarlos de un modo distinto.
Para esta receta, lo mejor es usar un turrón que sea blando, como el de yema o el de Jijona, este último es el que he utilizado y el resultado ha sido delicioso. Además de ser el dulce de Navidad por excelencia en España, el turrón puede servir de base a muchas elaboraciones de repostería, como cremas, mousses, flanes, helados, o como en este caso a un bizcocho, que he preparado de forma individual y acompañado de crema inglesa de vainilla y almendras garrapiñadas, convirtiéndose en un postre de lujo.
Empezamos hirviendo unos minutos la leche con la canela. La retiramos del fuego y añadimos la esencia de vainilla. La dejamos reposar y, mientras, batimos las yemas con el azúcar hasta que la mezcla blanquee y doble de volumen. Colamos la leche y cuando esté templada la añadimos a las yemas. Llevamos la mezcla al fuego y removemos hasta que se espese la crema, sin que llegue a hervir. La pasamos por un chino y la dejamos reposar una hora.
Mientras, preparamos el bizcocho de turrón. Montamos los huevos con el azúcar hasta que dupliquen su volumen, usando las varillas manuales o eléctricas. En un cazo, fundimos la mantequilla con el turrón, removiendo a fuego suave. Dejamos que se enfríe un poco y unimos a la mezcla de huevos, removiendo con una espátula con movimientos envolventes, hasta que todo esté bien integrado. Lo ponemos en los moldes previamente engrasados y horneamos a 180ºC unos 20 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio.
Para hacer las almendras garrapiñadas, calentamos en un cazo el agua con el azúcar. Cuando empiece a hervir añadimos las almendras peladas, retiramos del fuego sin dejar de remover. Cuando la mezcla tenga un color blanquecino, volvemos a poner al fuego hasta que el azúcar se caramelice y tenga color oscuro. Vertemos esta mezcla sobre un papel sulfurizado y la dejamos enfriar. Antes de que se endurezca, separamos las almendras con su caramelo alrededor.
Con qué acompañar el bizcocho de turrón
Lo cierto es que este bizcocho de turrón, al llevar la crema de vainilla y las almendras garrapiñadas no necesita de mucha cosa más. Pero si os gusta el vino dulce, es un buen acompañamiento para redondear un menú especial. Probadlo y ya me diréis.
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