A pesar de que tiene forma de aguacate y de que, probablemente, consiga emular su sabor, esto que ves aquí arriba no es un aguacate. Ecovado es el proyecto de la estudiante vegana Arina Shokouhi, de la Central Saint Martins, con el que pretende ofrecer una alternativa más sostenible al consumo mundial de aguacate. ¿Lo conseguirá? ¡Pronto lo sabremos!
Conviene recordar que el debate sobre el aguacate y el veganismo viene de tiempo atrás, a raíz de que se demostrase que era tan vegano como la almendra, el melón, el kiwi o la calabaza. Y si a esto le sumas su buena dosis de principios éticos, ya tienes el tinglado montado. Pero no nos desviemos, que hoy hemos venido a hablar de una especie de trampantojo de aguacate que se quiere posicionar como la opción sostenible para consumir esta fruta que -acompañada de salmón, huevo escalfado y salsa holandesa- tanta gloria ha dado a influencers de todo el mundo.
¿Qué ha llevado a Arina a lanzarse con Ecovado?
Como hemos comentado, Arina es vegana, y al igual que otros muchos veganos, había hecho del aguacate uno de sus productos fetiche (llegándolos a comer a diario). Pero llegó el día en el que, por motivos ambientales, se planteó si debería continuar haciéndolo. Fue en ese momento cuando pensó que podría ser una buena idea diseñar una nueva versión local y de bajo impacto del aguacate. ¿Por qué no? En los últimos años, varias empresas se han enfocado en replicar el sabor y la textura de la carne, el pollo y otros productos de origen animal con la misma intención: frenar el impacto ambiental de las emisiones, el agua y el uso de la tierra.
A la hora de diseñar su particular "alternativa al aguacate", como reza en su web, Arina ha querido apostar por ingredientes locales, de ahí que el sabor vaya cambiando en función de los lugares de producción. De esto se deduce que la primera receta que verá la luz, en la que usa ingredientes británicos, tendrá un sabor diferente al Ecovado creado en otro país.
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Pero, ojo, que este nuevo aguacate no deja de ser un procesado, aunque elaborado con ingredientes sanos. Concretamente, este primer Ecovado contiene habas en la pulpa, que aportan color y textura, y aceite de avellana, manzana y colza prensado en frío. En cuanto al hueso, que es lo primero que llama la atención, está hecho con frutos secos (puede ser la cáscara de una nuez, de una avellana, etc.).
Mientras se confirma si lo termina llevando a cabo, o el proyecto termina metido en un cajón, nunca está de más repasar qué implica la producción de aguacate, ese alimento tan atractivo en lo visual como en lo gustativo que está en todas partes, durante todo el año y que no puede ser más instagrameable.
El aguacate y la sostenibilidad
La producción de este manjar tan apreciado en España, en Europa y en todo el mundo no es precisamente sostenible y hay un dato que no puede ser más desalentador. Y es que para producir un kilo de aguacates son necesarios entre 600 y 1000 litros de agua (cada aguacate necesita 320 litros de agua para crecer). Ahí es nada.
A esto le tienes que sumar que su producción, según Arina Shokouhi, está provocando la deforestación de paisajes del mundo. Nos referimos a la tala indiscriminada (y en algunos casos ilegal) de árboles. Y esto, unido al daño provocado al subsuelo, es lo que ha llevado a esta británica a empezar a trabajar en una alternativa al aguacate que, a través del diseño, pretende animar a los consumidores a reducir la cantidad que consumen de esta fruta.
Imágenes Ecovado | Tom Mannion
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