Los agricultores denuncian que DIA y Lidl venden patata francesa del año pasado como si fuera de este y española. Las cadenas lo niegan

La patata es una de las hortalizas más consumidas del mundo, pero quizás por su ubicuidad y versatilidad, no siempre valoramos que, también entre ellas, hay una gran diferencia de calidades.

Como todo producto cultivado, la patata (Solanum tuberosum) también tiene temporalidad. A finales del invierno empezamos a disfrutar de patatas nacionales nuevas o tempranas, cuya campaña dura hasta el verano. El resto del año, la mayoría de la patata que se vende es lo que se conoce como “patata de conservación”: tubérculos de la pasada campaña que se conservan refrigerados para evitar que germinen.

No hay nada de malo en la patata de conservación, pero sí en una práctica que es un campo de batalla recurrente de las asociaciones de agricultores: hacer pasar por patata nueva lo que, en realidad, es patata vieja.

La UPA, la COAG y ASAJA, las principales asociaciones de agricultores el país, han denunciado ante el Ministerio de Agricultura que, en concreto, las cadenas Lidl y Día están vendiendo patata de conservación como si fuera patata nueva española, utilizando presuntamente nombres de variedades de patata que no se corresponden con la realidad.

Patata francesa que se vende como española

La alianza UPA-COAG recuerda que es habitual que cada año en nuestro país la patata vieja francesa inunde el mercado español, y que una parte del sector de la distribución la comercializa como “patata nueva” y en determinadas fechas como “patata lavada” –que no es más que patata de conservación limpia, sin tierra, pero en ningún caso nueva– confundiendo a los consumidores en los lineales de una manera “impúdica”.

En concreto, Lidl está presumiendo en su cartelería del “ser el único supermercado en garantizar esta referencia de origen nacional durante todo el invierno”, anunciando la “patata nueva origen España” a 0,89 euros el kilo, un precio que los agricultores consideran “imposible” de lograr con producto nacional.

“La patata nueva de origen nacional que los productores están sacando a la venta en estos momentos tiene un precio en origen de 0,60 euros el kilo y por tanto no es posible que una cadena de distribución la comercialice en el punto de venta a 0,90 euros el kilo, una vez sumado los gastos de procesado, lavado, enmallado, etiquetado, transporte, etc”, aseguran desde ASAJA. Se trata, según “indagaciones” de esta asociación de agricultores de patata procedente de la campaña anterior y con origen francés.

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A unas conclusiones parecidas ha llegado la Unión de Campesinos de Castilla y León, respecto a la “patata nueva” de Lidl y DIA: “Nos han indicado que sobre estas patatas se han llevado a cabo análisis comparativos que han confirmado que se trata de patata vieja francesa al estar tratada con productos fitosanitarios utilizados en Francia y no permitidos en España. Se trata de un doble fraude engañando al consumidor, tanto en el origen como en el estado de las mismas”.

Lidl ha asegurado a DAP que no se está vendiendo patata de conservación de origen francés como patata nueva nacional. "Actualmente, nuestros clientes pueden encontrar ambos tipos de patatas en nuestras tiendas, donde se indica en cada caso su procedencia a través de la cartelería, y en folleto", aseguran.

Por su parte, DIA ha publicado un comunicado asegurando que la información es “falsa” pues el supermercado “no tiene en su surtido actual patata nueva” y las referencias de patata disponibles en sus tiendas son patata de conservación y, como refleja su etiqueta, se vende como tal.

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