MasterChef, el exitoso concurso culinario de TVE, estrenó anoche su novena edición y cumple ocho años en antena: todo un récord para un show de estas características, que ha tenido una enorme influencia en la promoción de la cocina en nuestro país.
¿El reto? Mantener los tres millones de espectadores con los que se cerró la pasada edición sin necesidad de dar ningún retoque a una fórmula que se sabe funciona: mismos jueces, mismas pruebas, mismas dinámicas... La pregunta es obvia ¿cuándo se cansará la gente?
Desde luego, si no lo hacen los espectadores, tampoco las personas dispuestas a concursar, que aumentan cada año. 70.000 candidatos se han presentado este año al casting de Masterchef: más del doble que la pasada edición. En un país azotado por los ERTE ¿por qué no probar suerte en un concurso?
El casting
Han pasado más de 20 años de la emisión del primer reality show de España, aquel mítico Gran Hermano, y la gente ya sabe cómo destacar en un casting: con un poco de histrionismo, otro tanto de friquismo y alguna historia de superación bien construida. Ya se sabe, el relato.
¿Alguien se cree a estas alturas que se escoge a los concursantes por cómo cocinan? En la última prueba del casting, disputada entre seis aspirantes, de entre los últimos 50 elegidos, nadie sabía distinguir un corte en juliana, brunoise o mirepoix. Y solo uno ha sabido despiezar correctamente un pollo.
Entre 70.000 personas anda que no hay 16 buenos perfiles para elegir respetando la diversidad que, celebramos, está cada vez más presente en este tipo de programas.
Este año tenemos una china, un jugador de póquer, varios pijos, alguna hippie... Y todo el espectro LGTB. Lo típico.
Las pruebas
Ninguna novedad en el casting, tampoco en la dinámica del concurso, que tiene la estructura de siempre: una primera prueba en plató, otra en exteriores (también conocida como "prueba del patocinio turístico") y una tercera de eliminación, en la que todos los días se expulsa a un concursante.
Por supuesto, Masterchef seguirá sirviendo de plataforma para todo el ecosistema de la alta gastronomía española, que nunca podrá agradecer lo suficiente lo que ha supuesto el programa a nivel promocional para todo tipo de cocineros.
En este primer programa han desfilado por el concurso los cocineros mallorquines Maca de Castro y Santi Taura, ambos con una estrella Michelin, y el gallego Pepe Solla, con otra estrella, que se ha traído una lamprea de Galicia. Deben quedar pocos cocineros de estrella Michelin que no hayan pasado aún por el programa.
El sueño
El pasado septiembre RTVE anunció en un comunicado que se adelantaba el horario de emisión de Masterchef, que pasó de emitirse a las 22:00 horas, después del Telediario, en vez de a las 22:10. Esto es, 10 minutos antes.
Y seguimos con este gran adelanto horario, que ha hecho que el primer programa finalice pasada la 1.35. Algo demencial para un producto televisivo que no tiene pausas publicitarias y que supuestamente está dirigido para toda la familia. Recordemos con dolor que la versión estadounidense no llega a los 50 minutos por capítulo.
Es casi imposible manterse despiertos, así que te adelantamos lo que ha pasado: han echado a Jesús. De nada.
El abogado de 69 años que se había cansado de ejercer, y que era el más veterano de edición, se vio superado por el reto de la lamprea y presentó un plato tan poco refinado como incomestible en la prueba de eliminación, bautizado como 'vampirilla gallega', que Samantha definió como un "barro de un charco de agua sucia". Curiosamente su despedida fue el momento menos trágico del programa, pues se fue muy contento con sus cuchillos de regalo y sin perder la sonrisa.
Y a esas horas era de agradecer, tras un primer programa que solo aguantó la eterna duración con el relleno a base de dramas, amoríos e historias forzadas varias que, aunque ya eran habituales, este año parecen más presentes que nunca. Algo que no pasó desapercibido en las redes, con no pocos comentarios criticando la deriva a lo 'First Dates' del talent, en el que cada vez se echa más en falta la cocina. Tampoco gustó mucho tener que presenciar el sacrificio de la lamprea viva en la pantalla.
Yo solo quiero ver a gente cocinar. No puedo más con los comentarios rancios y las historias amorosas forzadas. #MasterChef pic.twitter.com/wBs3gTZmNa
— Marina 🌿 (@iridistheia) April 13, 2021
El martes que viene, que será el programa 200 del concurso, más.
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