Tamara Falcó y Javier Peña han estrenado esta mañana su nuevo espacio diario en Televisión Española, que se emitirá de lunes a viernes a las 13:00.
Cocina al punto con Peña y Tamara, que así se llama el nuevo espacio, tiene dos partes bien diferenciadas. Tanto que parecen casi dos programas en uno.
En la primera parte, Javier Peña se desplaza a un punto de España donde se presenta un producto típico de la zona y se explica cuál es la forma más típica de prepararlo. Se trata de un formato que Televisión Española ha explotado con éxito en su franja de tarde, y en el que se basan buena parte de los contenidos de España Directo y, sobre todo, Aquí la Tierra (del que esta parte del programa parece casi un calco).
En este primer programa la elección no podía ser más obvia: el cocinero ha visitado La Abufera de Valencia, donde hemos conocido cómo se cultiva y se procesa su famoso arroz.
Después, el cocinero ha estado en dos restaurantes: La Ferrera, donde le han enseñado a preparar la paella clásica valenciana y Samsha, donde han mostrado una versión evolucionada de esta, en plan moderno, con arroz suflado.
De vuelta al plató
Hasta aquí la mitad del espacio: algo ya visto, pero que siempre resulta interesante. La segunda parte del show, ya en plató, es un programa de cocina convencional en el que Peña explica a Falcó una receta que tiene que ver con el ingrediente presentado en la primera parte y esta lo cocina al mismo tiempo.
Todo lo natural que parecía Falcó en Masterchef deviene forzado en el nuevo programa
En este primer programa, la pareja ha preparado un arroz al horno con trigueros y espinacas, acompañada de un alioli de aguacate, y, de postre, una naranja preparada.
La dinámica entre el chef y la celebrity no acaba de funcionar. Todo lo natural que parecía Falcó en Masterchef deviene forzado en el nuevo programa, donde se juega al chef “listo”, aprendiz “tonta”. Hasta Peña, que ya tiene experiencia en televisión, no parece demasiado cómodo en el nuevo formato.
Da la impresión de que los productores han intentado que el programa no parezca demasiado guionizado, pero es casi peor, porque la conversación enseguida resulta insustancial y Falcó y Peña no parecen saber bien ni qué decirse.
Tras el cocinado, como parece obligado en todos los programas de cocina de hoy en día, los anfitriones reciben a un invitado: en este primer programa, el excompañero de Falcó en Masterchef, Juan Avellaneda.
Esto es ya un puro añadido, muy a lo programa matutino de variedades, en el que el invitado dice “qué bueno está todo” (qué va a decir si no) y la cosa se acaba.
Apagamos la tele muertos de aburrimiento y pensado que, como no mejore un poco la dinámica del programa, mucho tienen que verlo los fans de Falcó para que funcione.
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