La bebida energética de moda no tiene muy buena pinta (pero la startup que la fabrica, Athletic Greens, lo está petando)

Primero fue el Gatorade, después el Red Bull (y todos sus imitadores) y ahora es AG1: un brebaje que rompe los límites de lo que conocíamos como bebidas energéticas o funcionales.

No es poco lo que promete. La bebida, que se obtiene mezclando un preparado en polvo con agua, contiene “75 vitaminas, minerales y nutrientes provenientes de alimentos integrales en una conveniente porción diaria”. Y su lista de bondades es casi interminable. Según sus fabricantes aumenta la energía y las defensas, ayuda a hacer la digestión y a recuperarse tras hacer deporte, entre otras cosas.

¿Probióticos? Presentes. ¿Superalimentos? Listos. ¿Antioxidantes? Faltaría más. ¿Adaptógenos? No sabía qué era eso, pero también lo tiene. No hay reclamo de los alimentos funcionales –aquellos que prometen funciones que van más allá de la mera nutrición– que no esté presente en esta bebida, que se ha puesto de moda entre emprendedores, deportistas e influencers.

Su lista de ingredientes es imposible de listar. La bebida lleva cientos de alimentos: extractos de frutas y verduras, algas, té, hierbas, setas... Eso sí, sus fabricantes presumen de no incluir transgénicos, ingredientes nocivos (menos mal), colorantes ni edulcorantes artificiales, y de ser compatibles con las dietas keto, paleo, veganas sin lácteos, sin gluten. Y hasta si practicas el ayuno intermitente. Magia.

Un gran negocio

La empresa neozelandesa que fabrica la bebida, Athletic Greens, ha logrado recabar 115 millones de capital del fondo Alpha Wave Ventures. Esta inyección de capital coloca a la compañía con una valoración superior a los mil millones de euros, lo que en el argot del emprendedurismo se conoce como un unicornio.

Con esta entrada de capital, el CEO de la compañía, Chris Ashenden ha asegurado a Fast Company que pretende llevar la bebida “literalmente a todas las personas del mundo que tengan una conexión a Internet y que quieran tener una vida feliz y saludable y puedan permitírselo”.

El mejunje no es barato: cada ración, que se disuelve en 250 ml de agua, cuesta 3,57 euros, algo menos si compras una suscripción por la que te envían el producto todos los meses. Y para obtener todos sus beneficios, insisten desde la compañía, se debe consumir a diario.

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