Crecen las dudas en torno a la gestión de la Junta de Andalucía del reciente brote de listeriosis por la ingesta de carne mechada, que afecta ya a 80 personas, 56 de las cuales han sido ingresadas –según los últimos datos facilitados hoy en rueda de prensa por la consejería de Salud y Familias–.
La Junta ha confirmado que quince embarazadas están siendo monitorizadas por si sufrieran esta intoxicación, que puede ser letal para niño y madre.
Antes ya se habían detectado al menos dos casos, que no habían sido reconocidos por la Junta. Según ha informado ABC de Sevilla, la pasada semana una embarazada perdió a su bebé en el último trimestre de gestación. La placenta, la bolsa donde el feto se desarrollaba en el útero de la madre, había dado positivo en un análisis de listeriosis. La Junta ha desvinculado este caso del brote de la carne mechada, pues asegura que no hay constancia de que comiera este producto, pero reconoce que está investigando la posible conexión.
Mientras la Junta seguía sin facilitar datos concretos sobre la gravedad de los casos detectados el mismo periódico confirmó ayer que una embarazada que consumió la carne mechada en un bar de la ciudad hadía dado a luz de forma prematura, en su 33 semana de gestación. Tanto ella como su marido y su hijo habían comido montaditos de carne mechada en el establecimiento y tras sufrir distintos síntomas cada uno, les diagnosticaron la infección durante sus vacaciones en Gijón.
Una actuación fuera de la norma
Lo que más preocupa a los expertos en seguridad alimentaria es que el propio consejero de Salud haya reconocido que las primeras alarmas en torno a un posible brote de listeriosis saltaron a finales del mes de julio, cuando se detectaron varios casos de contagios familiares en Pilas, San José de la Rinconada y Tomares. No fue hasta dos semanas después cuando se identificó el producto causante de la enfemedad y se procedió a su retirada de la venta.
En el comunicado emitido el domingo por la Junta, titulado Qué es la listeriosos y cómo prevenirla, se explica que “aunque la investigación sobre listeria estaba en curso con anterioridad, no fue hasta el día 14 de agosto cuando Salud y Familias tuvo las evidencias sólidas que permitieron asociar sin duda la causa de los brotes a la carne mechada de la empresa en cuestión”.
“La Consejería hizo pública la alerta en menos de 24 horas tras obtener las evidencias definitivas: de haberla decretado antes podría haber incurrido en una irresponsabilidad de consecuencias graves”, prosigue el comunicado. Son las mismas palabras que ha utilizado el subdirector de Protección de Salud de la Junta, Jesús Peinado, en la rueda de prensa de esta mañana.
Pero, como explica el experto en seguridad alimentaria Miguel Ángel Lurueña, la irresponsabilidad es más bien no comunicar nada en dos semanas tras conocer los primeros casos, una eternidad para un brote como la Listeria, que tiene una mortalidad de hasta el 30% entre la población de riesgo: embarazadas, niños, ancianos y personas con un sistema inmune deprimido.
“La verdad es que sé lo que he podido leer en los medios, y lo que he visto es que a principios de agosto, por el día 10, se publicó que había 12 afectados, y ya me extrañó que no se le diera importancia en los medios, ni desde la propia Junta, y no dijeran nada más”, explica Lurueña. “Cuando surgió el brote y dieron la noticia el día 15 me pareció una barbaridad de tiempo para un brote de este tipo, que es una enfermedad muy grave, aunque no se conociera el origen”.
“Tendrían que haber dado a conocer que existe un brote, que no se ha notificado hasta dos semanas después”, prosigue Lurueña. “Tampoco se ha dado información concreta, no se han dado los lotes afectados. Han dicho que se han retirado 2000 lotes, pero no se sabe ni dónde están”, prosigue Lurueña.
La pregunta clave es si se han logrado retirar todas las unidades contaminadas, algo que es particularmente complejo por la naturaleza concreta de la carne mechada. “Este producto tiene la particularidad de que se sirve en bares y restaurantes y es muy difícil controlar esto”, explica el experto en seguridad alimentaria. “Normalmente en una alerta se advierte a la empresa afectada, a los centros de salud, a los distribuidores… Pero los clientes minoristas se enteran por la prensa”. En definitiva, reconoce Lurueña, “puede que se siga sirviendo”.
Piden elevar la alerta a nivel nacional
Mientras aumenta la preocupación por la gravedad del brote, crecen también las críticas a la gestión de la Junta.
La Asociación Defensor del Paciente ha dirigido un escrito a la Fiscalía Superior de Andalucía para solicitarle “una investigación de oficio y depuración de responsabilidades” y el vicepresidente de la organización de consumidores FACUA, Rubén Sánchez, ha dirigido este lunes un escrito a la ministra en funciones, María Luisa Carcedo, para que decrete la alerta sanitaria a nivel nacional.
"La ingente mayoría de la carne se ha distribuido en Andalucía", ha señalado Peinado, en la rueda de prensa de esta mañana. El subdirector ha informado de que en el listado "de más de doscientos folios" de clientes a los que se enviaron lotes de "La Mechá", la empresa fabricante del producto contaminado, figuran una empresa extremeña, que recibió "una muestra comercial"; una central de compras con sede en Girona, pero que comercializa casi todos sus productos en Andalucía y una tienda de Madrid, cuya identidad no ha desvelado.
Hasta el momento, la Dirección General de Salud Pública de Extremadura ha confirmado un caso de listeriosis y otros cuatro con síntomas compatibles con esta enfermedad pero pendientes aún de los resultados de sendos estudios microbiológicos.
Como explica Lurueña a Directo al Paladar existe la posibilidad de que, como ha ocurrido con el caso detectado en Gijón, aparezcan casos en Urgencias de toda España. Los síntomas de la enfermedad pueden manifestarse, además, hasta dos meses después de la exposición, por lo que los afectados pueden haberse trasladado a cualquier sitio. La propia Junta ha reconocido que se pueden producir más casos en los próximos días, pues la sintomatología de esta enfermedad puede tardar más de cuatro semanas en aparecer.
A esto hay que sumar la posible contaminación cruzada, esto es, que haya casos de personas expuestas a la bacteria que se hayan contaminado por consumir un producto distinto a la carne mechada, pero que haya entrado en contacto con esta.
Imágenes | iStock/Wikicommons
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