El pasado diciembre una tienda del aeropuerto de Dubai vendió las botellas de whisky más caras de la historia, pertenecientes a una edición especial de The Macallan: el precio de cada botella ascendió a 600.000 dólares.
Se trata de un caso excepcional, pero que refleja una tendencia que ya están empezando a notar algunas empresas: el de los whiskies raros es el mercado de bienes de lujo que más ha crecido en el último año.
El índice de whiskies raros que ha elaborado por vez primera la inmobiliaria Knight Frank —como parte de su conocido informe sobre la riqueza (The Wealth Report)— ha analizado las subastas de whisky en Reino Unido y llega a la conclusión de que las botellas más preciadas del famoso destilado escoces han aumentado su valor en un 40 % en 2018, y hasta un 600 % en la última década.
El crecimiento del valor de los whiskies raros supera en mucho al de otros bienes de lujo como las monedas, el arte, el vino o los relojes, cuyo valor también ha crecido, pero a un nivel muy inferior.
Locos por el whisky
El informe de Knight Frank revela que el valor del buen whisky está creciendo principalmente por el interés que ha despertado en los inversores asiáticos.
El whisky de determinadas destilerías y de larga curación siempre ha sido un producto exclusivo. Se sabe, por ejemplo, que Jeff Bezos –hoy por hoy, y hasta que su divorcio se haga efectivo, la persona más rica del mundo– es un gran coleccionista de whiskies raros. Pero hasta la fecha los multimillonarios asiáticos o indios no habían mostrado especial interés en esta bebida. Y ya sabemos el pulso que tiene los multimillonarios asiáticos…
Según el informe de Knight Frank a esta fiebre del whisky ha contribuido notablemente la inauguración de nuevos vuelos directos entre Edimburgo y Pekín. Hay quién ha visto incluso al fundador de Aliexpress Jack Ma volar con su jet privado al aeropuerto de Aberdeen.
El interés por los whiskies raros crece paralelo a las ventas generales de la bebida en Asia. Según la Scotch Whisky Association, las ventas de whisky escocés a India, China y Singapur aumentaron un 44 %, 35 % y 24 % respectivamente en el primer semestre de 2018. El 30 % de las ventas, además, correspondieron a whiskies de una sola malta, los más apreciados.
Pero a los inversores más adinerados no les basta con comprar botellas: quieren sus propios barriles, por los que pagan de antemano seis o siete cifras.
“Poner tu propio whisky en decantadores personalizados creados para usted por un fabricante de cristal de alta calidad y dárselo a tus amigos en una impresionante caja es realmente el mejor regalo”, señala en el informe Charlie Beamish, un ex banquero de inversión que ahora dirige un negocio que pone en contacto a compradores y vendedores de los mejores whiskies.
Pero comprar barriles no es sencillo. Las bodegas son perfectamente conscientes de cómo se está revalorizando el valor de los whiskies añejos y no están dispuestas a vender la gallina de los huevos de oro. No al menos a cualquier precio.
Un gran negocio
Las grandes bodegas no están siendo tímidas a la hora de aprovechar este creciente interés por el whisky premium. Diageo es de largo el mayor productor de whisky del mundo, con 29 destilerías operativas en Escocia y hasta 20 fábricas “fantasma”, que atesoran todavía algunos barriles o podrían ponerse de nuevo en funcionamiento, algo que la compañía ya valora por ejemplo para antiguas marcas como Brora.
La compañía lanzó el pasado año un programa bautizado como Cask of Distinction para vender barriles a clientes muy exclusivos, a precios que se negocian personalmente y en estricta confidencialidad.
The Macallan, considerada una de las mejores destilerías de whisky del mundo, no vende barriles a inversores, aunque si tiene un programa solo por invitación que permite comprar nuevos barriles, a partir de 35.000 libras, y disfrutarlos tras su correcta maduración.
La inversión potencialmente más rentable, pero también más arriesgada, es acudir a nuevas destilerías y cruzar los dedos porque el whisky salga bueno y sea reconocido. Como explica el informe de Knight Frank, también existe un mercado secundario para los barriles vendidos por las destilerías antes de que el valor del whisky comenzara a dispararse, pero de nuevo entraña un enorme riesgo: solo por que sea viejo no significa que sea bueno y mucho menos rentable.
Imágenes | iStock/The Macallan
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