Durante 46 días, desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de resurrección, Del Hall se alimentará solo a base de cerveza. Ahora bien, como ha explicado a Idaho News este maestro cervecero de Ohio, el ayuno será al menos entretenido. “Voy a tomar todos los estilos de cerveza”, asegura.
Aunque el alcohol solía estar prohibido durante la Cuaresma, los católicos eran bastante laxos al respecto. Hall asegura que la inspiración le viene de un grupo de monjes alemanes del siglo XVII que durante este tiempo solo bebían un tipo especial de cerveza, muy rica en carbohidratos, que les permitía aguantar sin comer nada más.
Se refiere Hall a la Orden de los Mínimos, de San Francisco de Paula, conocidos por llevar una vida especialmente austera y sobria, además de ser los creadores de la conocida cerveza Paulaner.
La bebida que consumían durante la Cuaresma, no obstante, no debía parecerse en nada a la Paulaner actual. Según Martin Zuber, maestro cervecero de la compañía –que se fundó en 1634–, la cerveza de Cuaresma tenía un sabor muy dulce, una gran consistencia y su nivel de alcohol era bajo, por lo que se conocía como “pan líquido”. Se trata de un estilo que actualmente se conoce como Doppelbock.
Es posible subistir 46 días con cerveza
El reto de Hall se ha hecho viral en Estados Unidos, donde se ha visto como algo novedoso, quizás por lo pintoresco del personaje, y su crónica día a día de la situación.
“Soy un veterano del ejército, fui el número uno, he corrido un maratón completo, he hecho grandes desafíos, pero esto intimida”, aseguraba Hall a Idaho News. “Así que solo siento curiosidad por estar a la altura del desafío, si voy a poder hacerlo o no”.
En realidad, Hall no sería el primer americano en lograrlo. En 2012 otro fabricante de cerveza, J. Wilson, ya ayunó a base de cerveza durante toda la Cuaresma, siguiendo la misma costumbre de los monjes mínimos.
Wilson fue además mucho más preciso en su reto: se planteó subsistir imitando la cerveza de los monjes, con su propia receta de Dopplebock, pero, además, tomándola solo cuatro veces al día, como cree habrían hecho en el siglo XVII.
Curiosamente, como apuntó el propio Wilson en la CNN, lo peor del ayuno fue la atención mediática que tuvo, algo que probablemente le ocurrirá también a Hall, que es imposible que no haya leído el testimonio de Wilson, aunque no le nombre en ningún sitio.
Wilson terminó con éxito su ayuno cervecero e, incluso, aseguró haberse desintoxicado: “Aunque perdí once kilos y medio, gané mucho más. Los beneficios de la autodisciplina no pueden ser exagerados en el mundo actual de gratificación instantánea. El ayuno me permitió concéntrame y desintoxicarme y nunca me he sentido tan rejuvenecido, ni física ni mentalmente”.
De todo hay en la viña del señor.
Imágenes | Del Hall/Pexels