Se ha hecho largo, pero MasterChef Celebrity está apunto de acabarse. La semana que viene se celebra la final del programa, que enfrentará a cinco de los concursantes: algunos, son claramente los más aplicados; otros da la impresión de que han conseguido un puesto en el último programa de rebote. Pero allí estarán todos, tras un programa donde, como es habitual, han tenido un gran peso la arbitrariedad a la que nos tiene acostumbrado el concurso.
En la primera prueba, los aspirantes se han encontrado seis campanas, que escondían dos platos de cada uno de los chefs del jurado. Para escoger el plato que debían replicar (sin tan siquiera la receta), los concursantes han tenido que participar en una subasta de tiempo: otra prueba clásica del programa. Pero no escogían platos en concreto, solo sabían de cuál de los jueces era.
Con tan poca información, lo mejor era no gastar un solo minuto, pero muchas subastas han acabado con apuestas de en torno a una hora, para platos complicadísimos. La más lista, La Terremoto, que no ha pujado y se ha quedado con 90 minutos (el máximo final) para hacer unas lentejas con huevo frito: aparentemente, el plato más sencillo.
Pese al fallo en la estrategia, los concursantes han logrado hacer en el tiempo asignado platos medio dignos. Al final, los mejores platos han sido los de Ainhoa y Florentino, que habían escogido las elaboraciones de Jordi.
Viaje a Las Batuecas
En la prueba de promoción turística, el programa se ha trasladado a La Alberca, el primer pueblo de España declarado conjunto de interés histórico-artístico: uno de los más bonitos de España.
Ainhoa y Florentino han escogido a sus compañeros de equipo por descarte, escogiendo con quienes no querían trabajar. Tampoco importaba mucho porque los primeros tres puestos en la final se han escogido por veredicto individual.
El encargado de presentar los platos que debían cocinar ha sido el chef Carlos Hernández, del restaurante ConSentido, en Salamanca, que lleva solo seis meses abierto.
Los aspirantes han tenido que elaborar cuatro platos para 80 comensales: guiso de asadurillas embuchadas y su buñuelo; zorongollo y aliño en pan soplado, con bacalao; crestas de gallo, chips de patata y torrijas de brioche; y, de postre, helado de bellota, algarroba y ocal.
A mitad de la prueba los equipos han tenido que cambiar de cocina, asumiendo todas las elaboraciones a mitad de hacer del otro grupo. Típica puñeta de MasterChef. Al final, con tanta presión, hemos visto un ataque de ansiedad en directo, que ha sufrido Ainhoa a mitad del cocinado. Es lo que tienen estas dinámicas.
Al final, los jueces estaban agobiando a los aspirantes de forma innecesaria con unos platos que ni siquiera estaban saliendo tan mal. Ha habido fallos, claro, pero han exagerado de lo lindo. Raquel y Ainhoa (que logró recuperarse para acabar con éxito la prueba) han sido las únicas elegidas para pasar a la final. Flo, Nicolás, La Terremoto y Josie se han enfrentado en la última prueba de eliminación.
Desafío con técnicas de alta cocina
En la recta final del programa los delantales negros se han encontrado una caja misteriosa que escondía productos relativamente exóticos como eddo, salsifí, zorzal, carne de serpiente, ortiguillas, espardeñas, galeras, solomillo de cocodrilo, edamame, raíz de loto... Al lado, los aspirantes tenían tambien un montón de instrumentos de cocina y unas fichas con técnicas de cocina. Los aspirantes debían cocinar con siete de los ingredientes, siete de los instrumentos y siete de las técnicas propuestas a propuesta de Raquel y Ainhoa, que podían decidir favorecer o perjudicar a los aspirantes.
Sus compañeras no han ido a pillar, pero el reto seguía siendo aún así muy difícil. Pese a esto, al ser un plato libre, los concursantes han ido bastante tranquilos durante todo el cocinado, lo que no quiere decir que el resultado fuera en consonancia. Al final, no es sencillo trabajar con ingredientes que, en muchos casos, los aspirantes no habían visto en la vida.
El mejor plato, según los jueces, ha sido el de Flo: un risotto de bulgur con cocodrilo, galeras y apionabo, que no era bonito, pero estaba bueno. Le veremos en la final. Al igual que a Josie, que ha presentado un plato minimalista, con cada ingrediente ejectuado con técnicas separadas y bien pensado. Desde los primeros programas parecía claro que Josie estaría en el último programa, aunque se haya comido nueve fosos.
Los jueces han tenido más dudas para decidir cuál era el peor plato. El de Nicolás, un engendro de plato comboinado con el cocodrilo (que se cocina parecido al pollo) ultraseco y el resto de ingredientes mal utilizados. Y el de La Terremoto, más de lo mismo: ha presentado un pupurri de elaboraciones sinsentido que pintaba incomible.
En Directo al Paladar | TVE desvela lo que paga e ingresa por Masterchef (aunque hay algo que no cuadra)
En Directo al Paladar | Los ocho peores platos de MasterChef, a examen
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios