Una expulsión y un abandono se llevan por sorpresa a dos de los concursantes más carismáticos de MasterChef

Pasada ya a la una de la madrugada –menos mal que hoy es festivo– hemos conocido al siguiente expulsado de MasterChef, el popular concurso de cocina que aspira a recuperar la audiencia perdida tras la semana pasada, cuando se emitió el programa coincidiendo con el debate más importante de las elecciones generales. Es difícil elegir entre nuestros políticos y el programa, pero ultimamente el segundo resulta incluso más soporífero. Se habían prometido novedades, como que jueces iban a actuar también como mentores, pero esto es más de lo mismo, en un ciclo interminable de lloros, combinaciones de las mismas pruebas de siempre y una buena dosis de branded content.

En la primera prueba de la noche, los aspirantes han tenido que preparar un plato vegetariano, que incluyera alimentos fermentados como tempeh, kombucha, kimchi, miso o hidromiel. Marta Verona, ganadora de ‘MasterChef 6’ ha visitado el plató para dar otra de sus clases de nutrición (en ocasiones polémicas), explicando, por ejemplo, que no se podían calentar los fermentados para que no perdieran sus características probióticas, algo que ha limitado mucho el cocinado. Como es habitual últimamente, uno de los jueces, en este caso Pepe Rodríguez, se ha lanzado a la piscina, para participar en la prueba.

Era evidente que los concursantes no habían visto estos ingredientes en su vida, pero es que además se han puesto a cocinar sin probar si quiera lo que estaban haciendo, y como les han dicho que no podían calentarlos (algo que sí se hace habitualmente con mucho de los ingredientes sugeridos) no han sido capaces de integrarlos de ninguna forma. Ha habido excepciones. Marcos ha presentado un plato presentable que le ha valido la ventaja para la prueba de exteriores.

Jordi y Pepe, capitanes

Como de costumbre, los concursantes han viajado a un nuevo destino turístico que promocionar, llenando el programa de publicidad más o menos encubierta (algo por lo que el programa ya se ha llevado alguna multa). Este martes ha sido el turno de Almería, ciudad que se ha convertido en el mayor productor de Europa de frutas y hortalizas, además de ostentar el título de Capital Española de la Gastronomía 2019.

Los aspirantes han trabajado por equipos a las órdenes de Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, que han ejercido de capitanes escogiendo los grupos y avisando de que, esta vez, la evaluación sería a titulo individual.

Los equipos han tenido que elaborar un menú basado en algunos de los ingredientes más preciados de esa tierra. El equipo azul, comandado por Pepe, ha preparado una bullabesa de Almería –que tiene poco que ver con la original francesa– con gamba roja de Garrucha, salmonetes y espárragos trigueros; y un carré de cordero asado con puré de chirivías y verduras de la huerta almeriense. El equipo rojo, liderado por Jordi, ha elaborado pulpo lacado con lombarda y patata violeta; y el postre, papaviejo –un dulce típico de Almería elaborado a base de patata– sopa de chocoblanco y helado de yogur y limón.

Los aspirantes han servido el menú a 40 expertos de la restauración: consagrados chefs, jefes de sala y sumilleres de Andalucía. Entre los comensales se encontraba José Álvarez, chef del restaurante La Costa (con una estrella Michelin), que ha supervisado el cocinado de los aspirantes.

Dado que esta vez los jueces han ejercido de capitanes, el cocinado ha sido más solvente, aunque ha habido pequeños errores, sobre todo en el servicio, que ha recaído en los concursantes. Lógicamente, los concursantes no tenían ni idea de cómo manejarse en sala. Ni que fuera fácil. Tampoco lo han hecho tan mal si el error imperdonable es no servir primero a las señoras, pero Samantha es muy del Antiguo Régimen y se ofende con esas cosas. Hay que apuntar, no obstante, lo conveniente que es reivindicar la figura del servicio de sala, y solo que aparezca Abel Valverde –jefe de sala del restaurante Santceloni, en Madrid–. dando una clase de servicio a los aspirantes es de celebrar.

Como la valoración era individual, los capitanes han tenido que escoger a los aspirantes que más errores han cometido: Carmen, Aitana, Osiris, Natalia y Valentín.

Pánico en la selva (negra)

Antes de empezar, el jurado ha anunciado que uno de los concursantes más carismáticos del programa, Josecho, abandona el programa de una lesión. No hay más explicaciones. Y el programa sigue.

Para evitar la expulsión, los aspirantes se han enfretado a un postre elaborado por Patricia Schmidt, referente mundial de la pastelería y diseñadora de tartas, que crea auténticas obras de arte en la pastelería Escribá en Barcelona.

Los concursantes han tenido que replicar la tarta Selva Negra tradicional, uno de los dulces más preciados de la cocina alemana, que han tenido que elaborar en 90 minutos. Para ello han contado con los consejos de Paz Vega, actriz y finalista de ‘MasterChef Celebrity 3’, que tampoco es que les haya ayudado mucho. La cosa es pasearse.

Como ocurre con todas las pruebas de repostería, los concursantes las han pasado canutas para cumplir con todos los pasos de la elaboración. Han salvado la tarta con relativa solvencia Aitana y Carmen

El que peor lo ha pasado es Osiris, al que se le ha cortado la nata, algo que ha hecho que se tuerza todo el cocinado. No ha remontado la situacion y, contra todo pronóstico, pues parecía uno de los concursantes más fuertes, ha sido fulminado, después de una pantomima en el que los jueces ha pedido a los aspirantes que se autoexpulsaran. Parece que todo hay que alargarlo innecesariamente. ¡A la cama!

Imágenes | RTVE

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