El Gobierno, con el ministro de Agricultura Luis Planas a la cabeza, se ha reunido esta mañana con más de 30 representantes de la cadena alimentaria –supermercados, agricultores, ganaderos, pescaderos, industria, consumidores y sindicatos– para valorar la situación actual en lo que respecta al precio de los alimentos.
Lo ha hecho a través del Observatorio de la Cadena Alimentaria, un órgano creado por la Ley para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria de 2013, fundado en 2015, y que no se reunía desde verano de 2021.
Y, aunque todos los participantes han calificado el encuentro como positivo, este ha concluido sin que se anuncie ninguna medida concreta para rebajar la inflación de los alimentos, más allá de las ya aprobadas el pasado 27 de diciembre, cuando se eliminó el IVA de los alimentos de primera necesidad y se aprobó el cheque de 200 euros para las familias más vulnerables.
En opinión de Planas, estas medidas ya se están notando en la cesta de la compra lo que, unido a la disminución del precio en las materias primas, hace prever que “el IPC de los alimentos ha tocado techo”.
“En nombre del Gobierno hay razones objetivas para que los alimentos bajen de precio y se produzca un cambio de tendencia, por la decidida voluntad del Gobierno de España de hacer cuanto esté en nuestra mano para que todas las medidas supongan no solo un apoyo a la producción y a la rentabilidad empresarial, sino también un elemento que pueda moderar los precios en el conjunto del sector”, ha señalado el ministro en rueda de prensa.
No habrá nuevas medidas
El pasado miércoles los datos oficiales sobre la inflación alimentaria arrojaban una reducción de tres décimas que el Gobierno achaca a la bajada del IVA, sin embargo hacer la compra es más de un 15% más caro que hace un año.
“He hecho una petición concreta para que esa evolución de los costes se traslade en la negociación que tiene lugar en los distintos eslabones”, ha apuntado Planas. “De igual forma que solicitamos que para cada uno de los productores el precio de venta sea superior al de producción, si los costes evolucionan y son menores hemos pedido que se trasladen así”.
Ante reiteradas preguntas, Planas ha dejado claro que, de momento, el Gobierno no se plantea aplicar ninguna otra medida de contención de precios: ni bajada del IVA a carne y pescado, ni mucho menos el tope a los precios que propone Unidas Podemos.
“Todas estas medidas tienen un coste presupuestario”, ha señalado Planas. “Las ventas agroalimentarias son de unos 6.000 millones de euros, las cantidades implicadas son muy importantes”. En su opinión, hay que seguir esperando para ver el efecto de las medidas adoptadas en diciembre: “La paciencia es una buena virtud, y hay que aplicarla para que tengas resultados prácticos”.
Distribución, industria y agricultores culpan a los costes
Todos los eslabones de la cadena alimentaria insisten en que el aumento de los precios finales de los alimentos se debe a la subida de costes derivada de la guerra de Ucrania y la sequía que todos tienen que soportar. El sector primario no ha entrado al trapo en lo que respecta a las acusaciones de parte de un espectro del arco político –incluido el socio minoritario del Gobierno, Unidas Podemos–, que acusa a la distribución de no estar repercutiendo en los precios la bajada del IVA.
“Tenemos unos costes de producción desbordados, y mientras esto no se arregle la situación será imposible de solucionar”, asegura Pedro Barato, presidente nacional de la organización agraria Asaja. Una idea en la que ha insistido también Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, en representación de los supermercados: “Durante los últimos 20 años los precios de los alimentos en España han sido absolutamente estables y desde finales de 2021 estamos viviendo unos incrementos excepcionales que no tienen que ver con el comportamiento de la cadena agroalimentaria”.
¿Cuándo se va a notar esta bajada de los precios?
Pero este consenso en torno a análisis de la situación desaparece en lo que respecta a las perspectivas futuras. Ninguno de los presentes en el Observatorio se ha mostrado tan optimista como el ministro respecto a la posibilidad de que la bajada de precios de los alimentos se note en la cesta de la compra en un futuro inmediato.
“Todavía queda mucho para decir que los costes de producción han bajado”, asegura Baraja, que insiste en que, además, la traslación al consumidor de la disminución de costes es aún más lenta que en el resto de sectores: “El que bajen hoy los fertilizantes repercutirá para la campaña que viene”.
Andoni García Arriola, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG, muestra además su preocupación por que la distribución baje los precios a costa de pagar menos al sector primario: “No vaya a ser que se reduzcan los precios al final de la cadena y acabe siendo a costa del eslabón más débil”.
Imágenes | Ministerio de Agricultura
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