Un total de 46 personas permanecen ingresadas, cuatro de ellas en la UCI, por el brote de listeriosis causado por el consumo de carne mechada de la marca La Mechá, cuya retirada comunicó el pasado jueves la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.
La Junta ha confirmado 71 casos por este brote, 57 en Sevilla, tres en Málaga, cinco en Huelva, tres en Granada y los tres restantes en Cádiz, según un comunicado de este departamento. Todos los hospitalizados se encuentran en centros de Sevilla, 27 de ellos en el hospital Virgen del Rocío, uno de ellos, en la UCI; cinco más en el Virgen Macarena; otros cinco en Valme (uno en la UCI); uno más en la UCI del San Juan de Dios y ocho en el Hospital Nisa (uno en la UCI).
Ante las dudas sobre el retraso en la retirada de este producto, que no se efectuó hasta el 15 de agosto, el nuevo comunicado de la Junta asegura que “aunque la investigación sobre listeria estaba en curso con anterioridad, no fue hasta el día 14 de agosto cuando Salud y Familias tuvo las evidencias sólidas que permitieron asociar sin duda la causa de los brotes a la carne mechada de la empresa en cuestión”.
“La Consejería hizo pública la alerta en menos de 24 horas tras obtener las evidencias definitivas”, continúa el comunicado, “de haberla decretado antes podría haber incurrido en una irresponsabilidad de consecuencias graves”.
Una intoxicación que puede ser mortal
La listeriosis, una de las más peligrosas intoxicaciones alimentarias que presenta una mortalidad de entre el 20 y el 30 % entre determinada población de riesgo como los adultos mayores o las personas con un sistema inmune debilitado.
Otro gran grupo de riesgo lo constituyen las embarazadas, en las que la infección por la listeria es grave y tiene potencial para ocasionar una septicemia que pone en peligro la vida de la madre y del feto. La listeriosis puede ser una causa de aborto o en recién nacidos contagiados dar lugar a una meningitis.
La Junta de Andalucía insiste en su comunicado que las personas en riesgo deben evitar el consumo de quesos blandos y alimentos refrigerados listos para consumir, a menos que se calienten hasta una temperatura interna de 73,9ºC o hasta hervir, antes de servirse (grupo en el que entraría la carne mechada), así como pescados y mariscos ahumados refrigerados, a menos que hayan sido cocinados; leche cruda (no pasteurizada) y verduras congeladas sin cocción previa antes de consumir.