Heineken ha anunciado que desde esta misma semana regresa a bares y supermercados la marca El Águila, una de las primeras cervezas españolas, que la multinacional compró en 1984, para transformarla de forma progresiva en la marca Amstel, que contaba con más presencia internacional.
20 años después de que la empresa rechazara dar continuidad a una de las marcas más emblemáticas de cerveza, Heineken ha anunciado su relanzamiento, con una imagen renovada y una receta que, aseguran, está inspirada en sus orígenes.
La nota de cata la califica como “una cerveza especial de 5,5% vol, fácil de beber y muy equilibrada, que combina intensidad de la malta caramelizada con la frescura de una mezcla de lúpulos, a la que se añade una nueva variedad, Lemondrop”.
La nueva botella tampoco tiene nada que ver con su diseño original, excepto por la presencia de un águila. “La marca despierta mirando hacia el futuro, con un logo dibujado a mano, a trazos, en honor a su fundador que era pintor y reflejando la creatividad del siglo que la vio nacer; y homenajea a sus orígenes, el madrileño barrio de Delicias, donde se encontraba su primera fábrica”, leemos en el comunicado del lanzamiento de la nueva cerveza. “El color azul de la etiqueta está inspirado en el azulejo que corona la fachada de la primera fábrica de El Águila en la calle General Lacy, que también es de color azul”.
La nueva cerveza se producirá en la fábrica de Heineken en San Sebastián de los Reyes (Madrid) y estará disponible en formato botella -33 y 20 centilitros- y en barril. Se comercializará tanto en hostelería como en distribución.
Heineken rescata también El Alcázar
En el ánimo de recuperar cervezas extintas para apelar a la nostalgia, Heineken anunció también hace unos días el relanzamiento de El Alcázar, una marca originaria de Jaén que en 1985 fue absorbida por Cruzcampo. Cuando Heineken compró Cruzcampo en 2007 el Tribunal de Defensa de la Competencia obligó a la multinacional cervecera a desprenderse de alguna de las firmas que comercializaba para evitar monopolios y posiciones de fuerza en el mercado.
Como explicó en su día el Diario de Jaén, Heineken anunció la venta de “El Alcázar” a una sociedad de inversión, que se quedó únicamente con la marca (no con la fábrica). Ambas sociedades suscribieron un contrato por el que la fábrica de La Imora seguía fabricando esa cerveza para que fuera comercializada por el nuevo propietario de la firma. De este modo, se salvaba el escollo de la competencia.
En 2015 la producción se paralizó y la cerveza desapareció del mercado para ser sustituida por la Cruzcampo Especial, que pasó a producirse en la misma fábrica.
Cuatro años después de su desaparición, Heineken ha anunciado que El Alcázar se volverá a fabricar en La Imora, y se volverá a comercializar con un nuevo diseño y receta, después de que la multinacional haya adquirido de nuevo los derechos de marca.
Como se lee en el comunicado de lanzamiento, “la nueva cerveza El Alcázar tiene cuerpo, sabor intenso y fuertes notas aromáticas, con una graduación de 6º ABV”. Respecto al etiquetado, la nueva botella recupera el color verde original de 1928, el año de su fundación y el icónico Castillo de Santa Catalina, emblema de la marca desde su origen.
Imágenes | Heineken