La Junta de Castilla y León ofrece una subvención de 3.000 euros para abrir bares en pueblos de menos de 100 habitantes

El abandono de los pueblos sigue siempre un relato parecido. Primero cierra la escuela, después la última tienda o panadería que quedaba y, por último, el bar, que suele ser el último reducto de vida social que le queda a un pueblo. Una población sin bar deja de ser, en cierta medida, una población.

Incluso los pueblos más minúsculos, que se cuentan por cientos en provincias como Soria, Ávila o Zamora, algunas de las que más están sufriendo la despoblación de España, intentan preservar el bar bajo diferentes fórmulas. La más habitual es la del “bar social”, un local mantenido por el municipio que explotan uno o varios vecinos, pero que no cuentan con ayudas o regulaciones específicas.

Con ánimo de potenciar el mantenimiento o apertura de este tipo de bares la Junta de Castilla y León ha aprobado un paquete de ayudas dirigido a municipios de menos de 100 habitantes, con el que se concederá una subvención de 3.000 euros para gastos corrientes en suministros de luz, agua, calefacción y otros similares en este tipo de locales.

“Estos vecinos precisan especialmente de un sitio en el que poder compartir vivencias y relacionarse socialmente”, ha apuntado el consejero de la Presidencia de la Junta, Luis Miguel González Gago, en una comparecencia en las Cortes. “Esta función la ha cumplido tradicionalmente el bar, cafetería o establecimiento similar, que además evita la soledad, la desintegración social, e incluso permite detectar situaciones de problemas de salud, de vulnerabilidad o de desamparo”.

Quién podrá pedir la ayuda

González Gago ha destacado que, al desconocer el número de municipios de menos de 100 habitantes interesados en acogerse a esta iniciativa, “la cifra de 100 habitantes podrá ser ampliada a entes locales de mayor población en siguientes años y convocatorias, para así llegar a agotar el crédito que se asigne”.

El consejero ha especificado, además, que la ayuda tendrá que solicitarla el Ayuntamiento, si bien el destinatario último, en función de la titularidad del inmueble y de los suministros, podrá ser la propia entidad local, si lo está asumiendo ella –hay que tener en cuenta que la mayoría de los pueblos beneficiarios de esta ayuda son pedanías cuyo Ayuntamiento pertenece a un pueblo cercano, más grande–, o el particular empresario, persona física o jurídica, que soporte el gasto de dichos suministros.

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