El noveno programa de Masterchef ha arrancado a las 22:45, después del fútbol, ya casi cuando algunos nos metemos en la cama, y hemos aguantado la emisión a duras penas. El concurso tiene momentos interesantes (si no no estaríamos hablando de él), pero cada día se hace más largo: está repleto de relleno.
En la primera prueba, los aspirantes se han jugado un delantal dorado, que les aseguraba la presencia en el concurso al menos hasta el siguiente programa. Para conseguirlo, han tenido que cocinar con los ingredientes y herramientas que obtenían en una suerte de bingo. Por si quedaba alguna duda de que este concurso es una lotería.
Con los ingredientes dados, los concursantes debían presentar una receta libre, pero servida en ocho raciones individuales, para una cata a ciegas en la que han participado sus amigos. Menos Celia Villalobos, que ha ganado al bingo y podía acceder al supermercado a su antojo, el resto han tenido que cocinar con combinaciones de productos bastante aleatorias.
Como es habitual, los comensales han intentado adivinar cuál era el plato de sus amigos, aunque han acabado votando las mejores recetas. O, mejor dicho, la receta, pues la exministra se ha llevado 6 de los 8 votos con su merluza en salsa verde (incluido el de otro exministro, Màxim Huerta, que estaba como amigo de Gonzalo Miró).
Viaje a Barcelona
En la prueba de exteriores, el concurso se ha desplazado a Las Ramblas de Barcelona, justo enfrente del mercado de La Boquería, donde han tenido que cocinar liderados por Mateu Casañas y Oriol Castro, chefs del restaurante Disfrutar, con dos estrellas Michelin. Además, han contado con la ayuda en el cocinado de Alberto y Luba, de la última edición con mortales del concurso.
Con todos estos refuerzos, los aspirantes han tenido que cocinar un menú de cuatro platos diseñados por los ex-Bulli de Disfrutar, repleto de técnicas. El equipo azul ha preparado el entrante, una ensalada de tomates y fresas con espuma de queso fresco y pistachos, y uno de los principales, lubina en suquet. El equipo rojo, por su parte, ha preparado las anchoas con esferas de aceitunas, naranja, agua de azahar y menta; y, de postre, un bizcocho aéreo de almendras tiernas con albaricoque.
Castro y Casañas han mantenido el orden durante todo el cocinado, poniendo firmes a los concursantes que han tenido que mantener la boca más cerrada de lo habitual. Pese a esto, el cocinado no ha salido perfecto. El mayor escollo han sido las anchoas del equipo rojo, que Josie y La Terre estaban limpiando de charleta y han servido a duras penas. Aunque sus platos han salido bien, el equipo azul ha trabajado mejor, con más orden, y ha sido el ganador de la prueba. Josie, La Terre, Nicolás y Gonzalo se han jugado su plaza en el concurso en la prueba de expulsión.
La prueba del bombón
En el último desafío de la noche, los delantales negros se han enfrentado a la elaboración de diferentes bombones y trufas, utilizando diferentes coberturas y rellenos como café, peta-zeta, kikos, naranja confitada, galleta... Cada concursante debía presentar tres bombones y tres trufas, con las combinaciones de su elección.
La prueba no era sencilla y los concursantes las han pasado canutas para llegar a buen puerto. Pero los resultados han sido bastante dignos. Nicolás, La Terre y Josie han conseguido presentar buenos bombones, con forma apetecible y ricos rellenos. No así Gonzalo, que ha ido todo el cocinado como pollo sin cabeza y ha presentado unas elaboraciones que se sostenían en el plato de milagro. Ha sido el expulsado de la noche. Teniendo en cuenta que, según asegura, no había cocinado en la vida, bastante ha durado.
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