El cineasta Morgan Spurlock falleció el pasado 23 de mayo a los 53 años. Aunque Spurlock ha dirigido numerosos documentales, siempre será recordado por Super Size Me, el documental nominado a los premios Oscar en el que narraba como, durante un mes, se alimentó solo en Mc Donald´s.
Estrenado en 2004, hace justo 20 años, el documental marcó un antes y un después en la visión que el público tenía de las cadenas de comida rápida y, en concreto, McDonald´s, cadena que cambio para siempre su política de comunicación y marketing a raíz del film.
La premisa del documental era muy simple: Spurlock se alimenta durante un mes desayunando, comiendo y cenando en McDonald´s, bajo la obligación de aceptar siempre el tamaño gigante de los menús si se lo ofrecían al hacer su pedido –algo que ocurría por sistema–. Spurlock, además, debía limitar su ejercicio físico a andar un par de kilómetros al día.
Mientras, Spurlock se iba a sometiendo a exámenes médicos que salían cada vez peor. Engordó más de 11 kilos, su colesterol se disparó, tuvo ataques de depresión, perdió el apetito sexual y le diagnosticaron dolencias hepáticas.
Dos meses antes del estreno del documental, quizás como parte de un plan de gestión de crisis muy bien estudiado, McDonald’s anunció que había comenzado a eliminar gradualmente la opción “super size” de sus restaurantes. Solo un día antes del estreno de Super Size Me, la cadena introdujo también un Happy Meal donde se animaba a los niños a ser activos y se daba la opción de pedir ensaladas o agua. Cinco años después, la cadena empezó a cambiar su rojo corporativo por el color verde, para asociarse con valores medioambientales y, claro está, dar un aspecto más saludable.
Un documental no exento de polémica
Super Size Me fue un documental exitoso: se distribuyó por todo le mundo y recaudó 22 millones de dólares, una cantidad considerable para un documental independiente. Pero aún más exitosa fue la polémica que generó.
McDonald's emitió un comunicado de prensa poco después del estreno de Super Size Me en el que se acusaba al documental de sensacionalista: “Esta película trata de la decisión de un individuo de actuar irresponsablemente consumiendo más de 5.000 calorías al día -el doble de lo recomendado para los varones adultos- y limitando a propósito su actividad física. Por eso esta película no contribuye en nada al importante diálogo que tiene lugar hoy en día sobre nutrición y estilos de vida equilibrados”.
Nadie dudó, siquiera en su momento, que Super Size Me tenía un enfoque capcioso, pero fue el primer producto cultural masivo que ponía contra las cuerdas a una industria que sugería como una comida aceptable menús que tenían más grasas saturadas para una sola comida de las recomendables para todo el día.
Su impacto en la composición de los menús y la forma en que se promocionan estos, no solo de McDonald´s sino de toda la industria, fue decisivo, pero tras el primer coletazo, la película no afectó en nada a la compañía que, en el fondo, solo había realizado cambios superficiales. El precio de las acciones de McDonald's alcanzó un máximo histórico el pasado enero y ha subido casi un 1.000 por ciento desde que salió Super Size Me.
A Spurlock le fue mucho peor. Años después, confesó que había empezado a beber a los 13 años y había sido un alcohólico toda su vida: no había estado sobrio más de una semana en 30 años. Aunque nunca confirmó si había bebido durante la realización de Super Size Me, estas declaraciones contradicen lo que se cuenta en el documental, durante el cual, según sus propias normas, no debería haber bebido alcohol.
En un momento del documental, un médico que le examina le dice a Spurlock que está escabechando su hígado y asegura que parece “el de un alcohólico después de una borrachera”. Palabras que, después de su confesión, cobran otro sentido. “Si alguien le estuviera haciendo esto a su hígado con alcohol, en teoría podría acabar con sus células hepáticas y sufriría un fallo hepático”, añadió el médico. “Ahora bien, nunca he oído que nadie le haga esto a su hígado con una dieta alta en grasas, pero supongo que todo es posible”.
Spurlock continuó haciendo documentales en primera persona, metiéndose en una prisión para conocer como vive la población reclusa en Estados Unidos o buscando a Osama Bin Laden, pero nunca logró repetir el éxito de Super Size Me.
En diciembre de 2017, a medida que se extendía el movimiento Me Too, Spurlock publicó una nota en su blog en la que afirmaba que tenía un historial de conducta sexual inapropiada y reconocía que había sido acusado de agresión sexual en la universidad. Spurlock explicó que había “construido una carrera sobre la búsqueda de la verdad”, se describió a sí mismo como “parte del problema” y renunció a seguir dirigiendo la productora Warrior Poets, que cofundó en 2004.
Imágenes | Prime Vídeo/McDonald's
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