Joan Bayén, hasta hace solo unas semanas propietario del bar Pinotxo del mercado de la Boquería (Barcelona) ha muerto la mañana de este martes, a los 89 años, en el Hospital de Barcelona.
De sus 89 años de vida, 75 los ha pasado trabajando al pie del cañón en la barra del Pinotxo, en la que empezó a trabajar con solo 14 años. Y su jubilación no podía haber sido más corta y accidentada.
Más conocido como Juanito o, directamente, Pinotxo, Bayén llevaba toda la vida en la Boquería. El negocio arrancó en forma de pequeño kiosko donde su madre servía platos caseros sencillos, tras empezar solo sirviendo cafés y churros. Bautizado como Pinotxo en honor al pequeño perro de la familia, por la película famosa de Disney, el puesto se iría ampliando poco a poco, añadiendo también nuevos platos a la carta.
Y así pasaron las décadas en las que el Pinotxo y el propio Bayén se convirtieron en una institución de la Boqueria, popular también entre turistas y reconocido por célebres chefs de la talla de Adrià o Alberto Chicote, siempre con su servicial sonrisa y sus pulgares arriba. Hasta que, a finales de 2022 y a la edad de 89 años, Juanito tuvo que jubilarse por motivos de salud.
Un polémico traspaso
Se esperaba que el negocio lo continuara su sobrino Jordi Asín Bayén junto a su esposa, copropietarios del bar desde 2001 tras formar una sociedad civil, pero, en un movimiento inesperado la concesión administrativa de las paradas fue traspasada a otro empresario.
Tras una pequeña reforma, el local reabrió hace unas semanas con un nuevo equipo bajo la nueva propiedad, manteniendo el nombre de Pinotxo. Pero el juzgado de lo Mercantil número 9 de Barcelona tras una denuncia interpuesta por el sobrino de Juanito ordenó a Restaurante Egipto SLU, el nuevo operador, el cese inmediato en el uso de la denominación Pinotxo Bar.
Como explica Alfonso L. Congostrina en El País, el culebrón en que se ha convertido la venta del Pinotxo es enrevesado: "En principio, el negocio lo iba a continuar su sobrino Jordi Asín, su esposa y el hijo de ambos, Didac Asín. Los tres llevan años trabajando en el bar. Pero Bayén, contra todo pronóstico, traspasó el negocio a la empresa Restaurante Egipcio S.L.U., que también explota el Bar Central de la Boqueria. Jordi Asín se vio de la noche a la mañana sin el negocio familiar e intentó impedir ese movimiento judicializando el traspaso efectuado por su tío".
Ahora, Asín, que vivía en el mismo edificio que su tío con el que últimamente mantenía una relación muy tensa, reclama los derechos de propiedad intelectual del bar y ha declarado en un comunicado lo difícil que está resultando a la familia asimilar lo sucedido, afirmando que su tío ha sido "teledirigido" en la operación de traspaso, y que van a sufrir unos graves perjuicios económicos. A pesar de todo, aseguran que continuarán con el negocio familiar y su "buen hacer gastronómico" en otro punto del mercado.
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La viuda de Bayén, no obstante, ha publicado un comunicado este mismo martes por medio del Estudio Jurídico Enrique Moreno en el que explica que Juanito llevaba años pensando en traspasar el negocio pues consideraba que “su sobrino y familia no eran los sucesores adecuados” pues no le habían tratado bien.
El despacho asegura que Bayén no sabía ni disponía de ningún documento de la sociedad, “no veía un solo arqueo de caja, no sabía el destino que se daba a lo recaudado y se limitaba al cobro de la nómina”. El letrado advierte, además, que el sobrino de Juanito había registrado la marca Pinotxo Bar a su nombre en noviembre de 2011 a escondidas de Bayén.
Un triste final para el camarero más emblemático de una Barcelona que ya no existe.
Fotos | Xavier Torres-Bacchetta (Planeta Gastro)/Bar Pinotxo - Boqueria
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