El poeta de la reina de Inglaterra está en Jerez para llevarse 540 litros de vino, una tradición centenaria que se celebra cada 10 años

Su nombre es Simon Armitage y desde el pasado mayo es el poeta laureado del Reino Unido. Este cargo, que actualmente designa el Primer Ministro para un periodo de diez años, se remonta al siglo XVII y se lleva otorgando desde entonces a los más destacados literatos del país. Su misión es escribir versos que sirvan de crónica de los grandes acontecimientos del país y la corona. Su pago: 5.750 libras. Y 540 litros de vino de Jerez.

Nadie sabe a ciencia cierta en qué momento los poetas laureados empezaron a recibir una bota de vino de Jerez (540 litros, el equivalente a 720 botellas) por sus servicios, pero como explica a Directo al Paladar el director del Consejo Regulador de Vinos de Jerez, Cesar Saldaña, la tradición, que se había perdido, se recuperó en el año 1984. Desde entonces, cada diez años, el nuevo poeta laureado viaja a Jerez para asistir a una ceremonia en la que se le hace entrega del vino.

Armitage lleva desde el pasado jueves en Jerez y, tras ser recibido en el Ayuntamiento, ha visitado la bodega de San Ginés, donde ha firmado su bota honorífica (como se llaman en la zona a las barricas) y ha elegido los vinos que, una vez embotellados, se mandan a Reino Unido como pago a sus servicios a la corona.

De izquierda a derecha: César Saldaña, Graham Hines, Simon Armitage y Beltrán Domecq.

Marketing centenario

Aunque en España casi nadie sabe de la existencia del poeta laureado, en Reino Unido se trata de una figura reconocida y de enorme prestigio.

“Son poetas muy reconocidos, gente muy importante en la escena literaria británica”, explica Saldaña. “Este puesto, además, les lleva a hacer mucha actividad docente, muchas charlas, tienen una visibilidad muy grande. Lo que nos mueve no es solo mantener la tradición, es también la intención de que los poetas laureados tengan una actividad divulgadora del conocimiento del vino de Jerez”.

Uno de los objetivos de la visita del poeta laureado es que reciba una rápida clase magistral sobre los vinos de Jerez, pues las botellas que reciben no son solo para uso personal: el poeta las utiliza en recepciones y eventos. La etiqueta es escogida por el propio poeta, que suele encargar el diseño a alguien de su confianza –o, incluso, la elabora el mismo–, pero la marca de Jerez siempre está presente.

En el rincón de los poetas de la bodega de San Ginés se guardan las botas firmadas por los poetas laureados.

Como apunta Saldaña, el actual poeta laureado, que ha viajado a Jerez junto a su mujer y el representante en Reino Unido del Consejo Regulador, apenas tenía conocimientos de vino. “No es que vuelvan siendo expertos, pero les damos una clase rápida”, explica Saldaña.

El director del Consejo Regulador espera, además, que el poeta dedique algunos de sus versos a los vinos: “Los poetas anteriores todos han hecho algún poema”.

Simon Armitage será el cuarto poeta laureado que recibe el vino desde que se retomara la tradición en los años ochenta, después de Ted Hughes –el último poeta laureado que tuvo título vitalicio–, Andrew Motion y Carol Ann Duffy, que pronunció un poema en su visita a Jerez que se imprimió en la contraetiqueta de sus botellas.

Etiqueta del vino del anterior poeta laureado, Carol Ann Duffy.

Jerez y Reino Unido, unidos de por vida

La existencia de esta tradición es una muestra más de la histórica dependencia de los vinos de Jerez y Reino Unido, que empezó, merece la pena recordar, con un acto de piratería.

Francis Drake, el pirata al que los ingleses consideran un héroe, atacó Cádiz en 1587 y saqueó las bodegas de Jerez, llevando a las islas 3.000 botas de vino. La llegada del botín permitió a la corte inglesa conocer unos vinos que causaron furor y, pese a que intentaron saquear de nuevo la región, optaron finalmente por comerciar con las bodegas de la zona y abrir las suyas propias.

Reino Unido sigue siendo el mayor mercado de exportación de los vinos del Marco

En su momento a los gaditanos no debió hacerles mucha gracia que se llevaran su vino, pero, siglos después, Saldaña se alegra de que Drake atacara la bahía: “El comercio con el vino de Jerez ya existía, porque de hecho hay referencias que se remontan al siglo XV, pero eso le dio mucha popularidad. Nos vino bien el saqueo”.

Durante siglos, fueron los propios ingleses los que abrieron sus bodegas en Jerez (muchos de los grandes productores de vinos del Marco llevan apellidos anglosajón), y llevaban el vino en las propias botas para embotellar en las islas. Barricas que, tras ser vaciadas, se vendían a los productores de whisky escoces.

Como explica Saldaña, desde los años 90 todo el vino de Jerez se embotella en origen, y los bodegueros escoceses tienen que viajar a Cádiz a comprar las botas en las bodegas, pero la relación con Reino Unido sigue siendo muy estrecha.

Hoy en día Reino Unido sigue siendo el mayor mercado de exportación de los vinos del Marco, y acapara más del 20 % de las ventas totales. Pero su papel, explica Saldaña, no se limita al de mero comprador: “Es un mercado de referencia, porque además tiene un efecto escaparate grande en el mundo del vino hacia otros países”.

Y, desde hoy, Jerez cuenta con un **nuevo embajador en la corte. **

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