Por qué no tiene sentido mandar comida para ayudar a Valencia con la DANA: “La operación kilo es un modelo de respuesta arcaico”

Miles de personas de toda España se están movilizando para acaparar comida o enseres que llevar a Valencia, pero puede que no sirva de nada

Los estadios Mestalla y Ciutat de València se han convertido en los últimos días en gigantescos almacenes. A ellos han acudido miles de personas con alimentos, ropa y otros productos de primera necesidad que, supuestamente, se irán repartiendo en los municipios más afectados por la DANA.

Ayuntamientos, empresas, asociaciones de todo signo e, incluso, grupos de particulares, están acumulando enseres y comida en toda España con la intención de llevarlos a Valencia. Pero toda esta solidaridad podría no servir para gran cosa.

Los expertos en la ayuda humanitaria ante grandes catástrofes coinciden en señalar que la respuesta de la sociedad civil ante la DANA está siendo tan bien intencionada como caótica y contraproducente.

“Lo que más me llama la atención es la llamada a la ‘operación kilo”, explica a DAP Alicia Gimeno, una cooperante internacional que ha trabajado en terreno y durante meses en crisis tan graves como el terremoto de Haiti de 2010 o el tifón Yolanda en Filipinas de 2013. “Sin duda, este es un modelo de respuesta cada vez más arcaico y que, idealmente, debería quedar en el pasado. Ahora lo que se suele pedir es 'cash'. En nuestra jerga lo que se suele distribuir es FI (Food Items) y NFI (Non-Food Items) para cubrir las necesidades básicas. Pero, una vez más, esta distribución está coordinada por las agencias u organismos pertinentes, y no porque la población se movilice para donarlos directamente. Me parece algo del siglo XIX...”

“La gente no se da cuenta del enorme coste que implica toda esta logística”, añade. “Tienes que empaquetar los productos, transportarlos, almacenarlos, distribuirlos, saber quién necesita qué… Me llama mucho la atención que en un contexto como en España haya que llegar a esto. Esto no es útil. Cuando se trata de comida el tiempo de utilidad es muy corto, ¿van a poder cocinarla?”

Las donaciones en especie, en definitiva, por muy bienintencionadas que sean son, de largo, las menos eficientes. “Mucha gente no se da cuenta, pero si tu donas diez euros en comida probablemente el coste que conlleva distribuir esa comida es, no sé exactamente, de cinco o diez euros”, apunta Gimeno. “Es una manera muy cara de dar ayuda”.

Miles de ciudadanos hicieron cola durante horas en Mestalla para donar alimentos o agua. ¿Dónde acabará?

Las donaciones en especie no son útiles

Desde Banco de Alimentos, la ONG que ha organizado la recogida en Mestalla, reconocen que no tiene sentido acumular más comida o enseres. “Están colapsados de alimentos y llegan productos que ni se pueden cocinar”, apuntan fuentes de la organización. “Lo más útil son las donaciones económicas, no solo para comprar alimentos, si no otro tipo de cosas”.

De la misma opinión son en Cáritas, la organización humanitaria de la Iglesia católica, que lleva años intentando cambiar el modelo tradicional de asistencia a los colectivos vulnerables. En un documento interno publicado en 2019 la organización ya apuntaba a la necesidad de replantear el modelo actual basado en las ayudas en especie, “donde es difícil evitar el despilfarro y la reducción del malgasto en la compra masiva de toneladas de alimentos cuando se desconoce las necesidades en la distribución final”.

El modelo de la “operación kilo”, insisten, es poco útil para ayudar a los colectivos vulnerables per se, porque “las familias no pueden elegir qué desean comer, no pueden adaptar su menú a necesidades particulares de salud o a sus gustos y costumbres culturales, ya que depende de los productos disponibles y en el momento determinado del reparto”; pero es aún más inútil ante una situación de catástrofe humanitaria

“Siempre somos partidarios de la ayuda económica, porque inyectas dinero en la zona de la catástrofe y se puede adquirir el producto que realmente se necesita”, explican fuentes de la organización católica. “Lo que estamos haciendo es ponernos en contacto directamente con Cáritas Valencia, ellos tienen a las familias ubicadas, saben qué necesidades tienen y pueden hacer la petición concreta de material”.

Cientos de personas han hecho cola en Mestalla para donar alimentos y otros productos de primera necesidad.

No hay un problema real con la comida

Teniendo en cuenta la magnitud del desastre, los municipios más afectados por la DANA tardarán meses en volver a la normalidad. Pero la falta de alimentos y enseres de primera necesidad no es, ni de lejos, el peor de los problemas.

Incluso en las localidades más afectadas, a escasos kilómetros hay decenas de supermercados que están funcionando con normalidad. La cadena de suministros solo se ha roto completamente en la zona cero del desastre.

Está siendo más problemático, de hecho, el acaparamiento de productos de primera necesidad que llevó, por ejemplo, a que la semana pasada se tuviera que racionalizar el agua en algunos supermercados. Consum y Mercadona, las dos cadenas de supermercados con más implantación en Valencia, han lanzado incluso una campaña conjunta para pedir a la ciudadanía que hagan compras responsables.

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La llegada de comida, explica Gimeno, es ahora mismo el menor de los problemas: “En este tipo de desastres todo el mundo tiene mecanismos de adaptación. Todos tienen familias, amigos, a los que pedir ayuda y lo que la gente necesita es para empezar que vengan a ayudarles con las tareas de rescate, de limpieza, reconstrucción... Me extraña que la gente necesite un kilo de arroz.”

Este tipo de explosiones de solidaridad, además, suelen ser muy concentradas en el tiempo, cuando hay familias que van a necesitar ayuda durante meses. “Más adelante lo que van a necesitar es dinero para reconstruir sus casas, remplazar sus vehículos, comprar toda la vajilla que se perdió…”, explica Gimeno. “Habrá familias a las que las aseguradoras les cubra todo esto, pero habrá familias más vulnerables, que se han quedado en la calle y tendrán más necesidad de este dinero”.

Es un bonito gesto ir al supermercado a comprar papel higiénico o alubias blancas pensando que alguien va a llevar esto a Valencia, pero prácticamente no sirve para nada. “Mis padres se fueron al Mercadona a comprar pañales”, explica Gimeno. “Es una locura. ¿Cuántos bebes hay? De repente hay cajas de pañales ¿para qué familias?”

Si quieres ayudar, lo mejor es escoger alguna de las ONG con mayor implantación en la zona, como Cruz Roja, Cáritas o Banco de Alimentos. Todas están recaudando fondos para los afectados por la DANA.

Imágenes | Gtres/Valencia CF

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