El actor Álex Adrover, más conocido por ser pareja de la actriz Patricia Montero y, en la actualidad, por ser uno de los concursantes de MasterChef Celebrity, ha colgado un Instagram un vídeo que no ha dejado indiferente a nadie.
Con casi 20.000 reproducciones, y subiendo, el vídeo comparte la receta que Adrover y Montero han ideado para, aseguran, ayudar a que su bebé empiece a tomar alimentos sólidos. ¿La solución? Hornear galletas con leche materna.
Se trata de una receta normal de galletas de avena y plátano, a la que se añade la leche que se ha extraído la propia Moreno. Llevan plátano, puré de manzana asada, copos de avena y vainilla, además de la leche.
El resultado, aseguran, es excelente. Y lo cierto es que, aunque pueda parecer una excentricidad, no hay ningún problema por cocinar con leche materna, siempre que se tengan en cuenta una serie de cuestiones.
Leche más dulce, sin pasteurizar
La leche materna puede utilizarse en cualquier receta, si es que somos capaces de proporcionar la suficiente para sustituir a esta. Hay quien ha hecho quesos y, sobre todo, helados. Ahora bien, hay que tener en cuenta que no sabe igual que la leche de vaca.
La leche materna es bastante más dulce, pues su composición no tiene nada que ver: tiene un 65 % más de azúcar, en forma de lactosa, y un 66 % menos de proteína, por lo que, al sustituirse tal cual en recetas pensadas para leche de vaca, la textura y sabor del resultado final puede variar notablemente.
Para utilizar la leche materna en cocina hay que observar, además, una serie de normas de seguridad en su recolección y almacenamiento ya que, obviamente, se trata de una leche no pasteurizada.
Según el protocolo de la Asociación Española de Pediatría, la leche no aguanta más que 10 horas a una temperatura ambiente de entre 19 y 22 grados (solo cuatro si se superan los 30 grados), pero se puede conservar hasta ocho días en nevera y dos semanas en congelador.
Si se observan estas medidas de seguridad, le leche es un alimento perfectamente saludable. Lo que no está nada claro es que su incorporación pueda ayudar a los niños a empezar a tomar alimentos sólidos (esto se lo han debido imaginar Montero y Adrover), ni tampoco que sea el mejor uso que dar a la leche materna, que si se produce en exceso, bien se puede donar antes que acabar en unas galletas que seguro se comen también los adultos.
Imágenes | RTVE
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