Parecía complicado que el presidente estadounidense acabara amenazando la economía de un agricultor de Jaén o Valladolid. Pero esto es exactamente lo que podría ocurrir en las próximas semanas.
El Gobierno de EEUU anunció ayer su intención de gravar importaciones de la Unión Europea por valor de 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros). Los nuevos aranceles, de entre el 10 y el 15 %, afectaran a 1.473 artículos fabricados en el continente, incluyendo vino, aceitunas, aceite de olivan y queso, los productos agroalimentarios que más vende España a los norteamericanos.
La decisión es resultado del fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que ha dado la razón a Washington en su histórica disputa sobre los subsidios de los países europeos a Airbus, el fabricante de aviones comerciales y militares. Pero, como represalia, Trump ha decidido gravar la importación de muchos otros productos.
Las nuevas tasas, que empezarán a aplicarse el 18 de octubre, suponen un paso más en la guerra comercial que se está librando en todo el mundo, pero en este caso afectan directamente a la supervivencia de los agricultores españoles.
Exportaciones por valor de 1000 millones de euros
EEUU en el principal destino comercial de productos agroalimentarios españoles fuera de la UE, con un volumen de exportaciones de 2.032 millones de euros (principalmente, aceite de oliva, vino y mosto, conservas de aceitunas y quesos) y también el principal origen de nuestras importaciones, con 1.998, 38 millones de euros (frutos secos, habas de soja y bebidas espirituosas).
Según explica la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en un comunicado, los nuevos aranceles afectarán a un volumen de exportaciones agrícolas valorado en casi 1000 millones de euros: 400 millones de euros en aceite, 300 millones en vino, 180 en aceitunas y 87 en productos lácteos, fundamentalmente quesos.
“Resulta totalmente injusto y desproporcionado que, una vez más, el sector agrario sea el pagano de una guerra comercial de la UE que no tiene nada que ver con el campo español”, ha reclamado Miguel Blanco, Secretario General de COAG. “Acabamos sufriendo las consecuencias de los acuerdos con terceros países, caso del reciente MERCOSUR, como de los desacuerdos, en este caso en un conflicto que tiene su origen en el sector aeronáutico. Exigimos a las autoridades comunitarias y al gobierno español que protejan los intereses de nuestra agricultura con una solución rápida y equilibrada para evitar que este conflicto acabe pasando un nueva y costosa factura a nuestros agricultores y ganaderos”
Curiosamente, los nuevos aranceles, que son principalmente una represalia a lo que Trump considera una intromisión de la Unión Europea en el mercado aeronáutico, podría tener un importante impacto negativo en la industria de EEUU. Como explica Pablo Pardo en El Mundo, Airbus tiene una planta de fabricación de aviones en Alabama, y una parte de los componentes que emplea en ella vienen de Europa. La compañía tiene, además, planes para expandir esa fábrica, localizada en uno de los estados más pobres de EEUU, y bastión de Donald Trump, por lo que todo lo que sea incrementar los costes de producción va a tener repercusiones negativas en esos planes. Pero ya sabemos que las decisiones de este presidente no son siempre racionales.
Imágenes | Gage Skidmore
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