Tras 19 años de silencio, la mítica Camy vuelve a alegrarnos el verano a los amantes de los helados de cucurucho, de los polos, e incluso de los cortes, que marcaron nuestra infancia y que, a juzgar por su aspecto actual, mantienen intacta su esencia noventera.
Aunque lo del silencio ha sido algo relativo, porque, aunque no ha habido rastro de esta marca en los kioscos y chiringuitos de nuestro país durante casi dos décadas, lo cierto es que en los juzgados, la firma heredera de la antigua Avidesa ha tenido una actividad vertiginosa en los últimos tiempos. Concretamente, hasta hace dos años, que fue cuando el juez falló a favor de ICFC, en detrimento de la multinacional Nestlé.
De momento, te podemos contar que en esta nueva etapa será Camy, aunque teniendo que compartir algo de protagonismo con Apolo (conos), la marca del grupo con mayor presencia en este nuevo catálogo que ya se puede empezar a ver en la entrada de bares como el que se muestra en esta imagen.
Pero antes de nada, conviene repasar lo que ha pasado con esta marca desde su nacimiento. Una historia, la de Camy, en la que ha habido absolutamente de todo y que, contra todo pronóstico, sigue teniendo en la ciudad de Alzira (Valencia) su epicentro.
Camay: Los orígenes de Camy
Tenemos que remontarnos a los años 60 para ser testigos del nacimiento la marca que por aquel entonces no se llamaba Camy sino Camay. Lo que pasó es que años después de su fundación, al ser comprada por Nestlé, perdió la segunda A (y quedaría para el recuerdo aquello de "Helados Camay, mejores no los hay"). En esta imagen vas a ver la evolución de forma muy clara.
Pues bien, décadas más tarde, concretamente en 1992, la heladera Miko España había comprado Avidesa, la emblemática marca de helados de Alzira fundada por Luis Suñer. Conviene señalar que Miko había sido fundada en 1945 en Francia por el empresario español Luis Ortiz. Y que, a mediados de los 70, otro grupo de empresarios vascos decidió replicarla en España, manteniendo el nombre y usando un logo prácticamente idéntico. Sorprendentemente, la compañía francesa no sólo no se opuso, sino que llegó a formar parte del accionariado.
El caso es que aquello tendría un recorrido bastante limitado, ya que a finales de los 80 la Miko gala y la española dejaron de tener relaciones económicas y tiraron cada una por su lado. Mientras que en Francia, Miko se incorporó al grupo Unilever (cuyo referente en España es Frigo), en España hicieron lo propio con el grupo Nestlé. Y lo curioso es que durante casi 10 años, Nestlé se empeñó en mantener su nombre original, en competencia con su otra marca, Camy.
Después de llevar a cabo la absorción también de Avidesa (acrónimo de Avícolas y Derivados), Nestlé se encontró en 1995 con dos estas potentes marcas en su poder y empezó a operar en nuestro país con Camy, Miko y Avidesa. Casi una década después, en 2004, decidió unir las tres bajo una marca más potente. Y así fue como nació Helados Nestlé, acabando de un plumazo con las dos históricas.
Se les rompió el amor de tan poco usarlo
El caso es que a partir de ahí Camy y Nestlé entraron en una espiral de compras, ventas y otros jaleos, un tanto compleja que realmente había arrancado un año antes, cuando Nestlé se deshizo de la fábrica tradicional de Avidesa en Alzira (fundada en 1964). En ese momento, esta instalación fue comprada por una empresa nueva, ICFC, dedicada a fabricar helados para marcas blancas.
Esta nueva compañía es la que, pasado un tiempo, empezó a sentir cierto interés por tirar de archivo y recuperar la historia que en su momento protagonizaron referencias como el Colajet o el Nifty (aquella especie de fantasma helado), que tuvieron que competir en su momento con el Drácula, el Frigopie, el Frigodedo o el Calipo, helados de la empresa española Frigo, que en los 70 pasó a formar parte de la multinacional Unilever. Como parte de esa estrategia centrada en el respeto al pasado, ICFC también decidió mantener el registro sanitario número 1 y ocupar la fábrica de la antigua Avidesa.
Y todo esto, lo que incluye hacer referencias a la fábrica original de Alzira, no le hacía demasiada gracia a Nestlé, que oficialmente seguía siendo la propietaria de la marca. Así se inicia una pelea judicial en la que ICFC reclama poder usar la marca Avidesa, a lo que Nestlé se niega rotundamente argumentando que es su marca. Es entonces cuando comienzan a usarla para su gama de helados básicos que se pueden encontrar en menús de restaurantes.
Paralelamente, como se muestra en la imagen de arriba, ICFC no tiene reparo en vender sus propios helados en determinados establecimientos bajo una curiosa marca que oficialmente se llama Gelato Cremoso pero a la que acompaña una imagen bastante curiosa. Y es que parece que esta tradición heladera recuerda mucho a la que en su momento defendía este logo.
Y es que fue la utilización del anagrama con el acrónimo "AVI", entre otras cosas, lo que activó en el año 2013 el litigio con la multinacional Nestlé. En aquel momento, Nestlé interpuso una demanda por competencia desleal e infracción contractual contra ICFC. La demanda en sí venía a poner en cuestión las similitudes con la marca Avidesa del logotipo diseñado por la compañía para celebrar los 50 años de tradición heladera en Alzira, además de hacer mención a la aparición en un catálogo de una reseña histórica sobre la fábrica que señalaba que en la misma se habían fabricado las marcas Avidesa, Miko y Camy.
Seguidamente, la dirección de ICFC contraatacó con lo que calificó como una "maniobra de defensa", que consistió en interponer varias demandas de caducidad de las marcas que Nestlé tenía registradas por falta de uso efectivo, al entender que no se habían utilizado en un período de al menos cinco años.
Y al final, parafraseando a la mismísima Rocío Jurado, lo que ha ocurrido es que Nestlé ha perdido la marca Camy por falta de uso. Así lo ha confirmado el Tribunal Supremo, que ha fallado que la marca Camy ha caducado por “falta de uso” a nivel comercial. Pero la multinacional suiza no se iba a dar por vencida tan rápidamente, de ahí que esgrimiera en su recurso que la denominación comercial todavía no puede ser usada por otras compañías debido a la reciente comercialización de la tarta helada “Nestlé Camy Gran Dama”. Pero el Supremo ha considerado que no es posible extender la protección de una referencia concreta de tarta helada a una marca con toda clase de helados. Así que no les ha quedado otra que aceptar la situación.
Cabe recordar que el largo contencioso judicial entre el mayor fabricante de helados de España, Ice Cream Factory Comaker (ICFC), y la multinacional suiza arrancó en 2013 y se ha prolongado durante 7 años.
Si te has quedado con ganas de conocer más detalles acerca de este notición o, simplemente estás nostálgico, te recomendamos que te des un paseo por este hilo del experto en branding Fernando de Córdoba (@gamusino) en Twitter. Ni las imágenes ni los textos que las acompañan tienen desperdicio. Eso sí, procura tener los Kleenex a mano porque los vas a necesitar.
Muchos me estáis preguntando por el regreso de Camy, la mítica marca de helados, a nuestras calles, kioscos y bares. ¿Qué ha pasado? ¿a qué se debe?
— Fernando de Córdoba 🏳️🌈🏳️⚧️ (@gamusino) July 28, 2022
Es una historia llena de salseo brandero así que vamos con un #gamuhilo heladero extra de verano 👇 pic.twitter.com/X11a86wdcu
Imágenes | ICFC y Fernando de Córdoba
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