Situada en pleno mar Mediterráneo entre Baleares y Córcega, Cerdeña es una de las islas más grandes de Europa y una de las visitas más recomendables para el amante de la cultura italiana. Esta región ofrece ricos entornos naturales, ciudades y pueblos llenos de encanto y una gastronomía irresistible.
Por su situación estratégica en las rutas marítimas, son muchos los pueblos que han dejado su impronta en la cultura sarda. El visitante puede disfrutar hoy de los contrastes de su belleza natural y empaparse de las tradiciones que siguen marcando la vida de sus habitantes. En la cocina predominan los productos locales con unos quesos de primera calidad.
Entre el mar y la montaña
Al tratarse de una isla, en Cerdeña la presencia del mar está presente casi en todas partes. En su territorio se pueden encontrar importantes puertos turísticos y pesqueros, numerosas playas y calas de gran belleza escondidas a lo largo de la costa.
Si nos alejamos del litoral descubriremos que la isla también ofrece paisajes montañosos donde se respira una naturaleza casi salvaje. A diferencia de Sicilia, Cerdeña no cuenta con actividad volcánica, y lo que encontramos son grandes extensiones de campos, colinas y altiplanos rocosos, salpicados de bosques con una rica fauna local.
Merece la pena realizar excursiones en barco por algunas de sus islas, como el archipiélago de Madalena con las llamadas “siete hermanas”, donde se sitúa el Parque Nacional de la Madalena, de gran riqueza natural por sus fondos marinos llenos de vida.
Historia y cultura
Uno de los grandes atractivos de Cerdeña es que fue cuna de una civilización prehistórica que dejó su huella en monumentos megalíticos. Son interesantes las llamadas "domus de Janas" o casas de las hadas, sepulturas excavadas en rocas en la Edad de Bronce.
Más destacables aún son los restos arqueológicos de la cultura nurágica con los llamados Nuraga. Se trata de grandes construcciones a modo de torres de vigía de piedra, impresionantes monumentos megalíticos reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad gracias a su magnífico estado de conservación.
La presencia de pueblos posteriores, como griegos, fenicios y romanos también se deja sentir en todos los rincones de la isla. Durante la Edad Media, Cerdeña desarrolló un rico patrimonio religioso con construcciones como la Basílica de Saccargia o las catedrales de Santa Giusta en Oristán y la gótica de Alguer.
Una gastronomía basada en la tradición y la dieta mediterránea
Cerdeña es el destino ideal para los gradnes amantes de la cocina tradicional italiana. Los habitantes de la isla mantienen en gran medida las recetas típicas que han pasado de generación en generación, consumiendo productos de temporada y dando todo el protagonismo a ingredientes locales.
Se puede decir que la cocina sarda es sencilla pero rica y variada, centrada en la calidad de sus materias primas con recetas sin grandes pretensiones llenas de sabor, con aromas a mar y montaña. Destaca el cultivo del trigo, la ganadería de cerdos, cabras y ovejas, y la pesca local con capturas cercanas a la costa.
El trigo duro es el gran protagonista de la actividad agraria y es la base de muchas recetas de pan y de pasta. Son muy populares el malloreddus, el pan carasau o de papel de música y la fregola, pasta trabajada a mano en forma de pequeñas bolitas.
Los platos principales pueden estar formados por pescados variados, normalmente cocinados a la parrilla, o por opciones de carne. Es famoso el porceddu, cochinillo a la parrilla que se sirve en bandejas de corcho con ramas de mirto, y también el cabrito al horno. Con productos marinos se preparan a veces platos de pasta como los spaghetti con erizos de mar o bottarga.
El queso pecorino sardo
Al ser un pueblo de tradición pastoril, la elaboración de quesos de oveja y cabra está muy arraigada en la cultura sarda. Son tres las variedades que cuentan con la protección y el reconocimiento de Denominación de Origen Protegida (DOP): el pecorino sardo, el fiore y el pecorino romano.
El queso pecorino sardo está elaborado exclusivamente con leche de oveja, de la que se pueden obtener dos variedades de queso, dulce y maduro. El fiore es de pasta dura cruda, también de leche de oveja. Es un queso fresco que se coagula con cuajo de cordero o cabrito, siguiendo técnicas tradicionales sin tratamientos mecánicos.
Por su parte, el prestigioso queso pecorino romano, a pesar de su nombre, está reconocido como típico sardo con Denominación de Origen. Elaborado con leche de oveja, cuando está cuajada se echa en encellas que se agujerean con un palo para dejar salir el líquido del suero. Puede presentarse curado o dulce, y es excelente rallado sobre pasta, sopas y guisos de legumbres.
Cerdeña es uno de los destinos preferidos por los apasionados de la cultura y de la cocina italiana. No sólo ofrece muchos atractivos turísticos, sino que también esconde bellos entornos naturales muy bien conservados. La riqueza de su historia, de sus paisajes y de su cocina harán las delicias de cualquier visitante.
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