Los italianos son unos apasionados de la buena cocina, y eso se refleja en la manera en la que disfrutan de sus comidas a lo largo del día. Nuestras costumbres gastronómicas son muy semejantes a las italianas, ya que compartimos la cultura mediterránea, pero un típico menú italiano tiene unas características propias muy definidas.
Un menú italiano completo se compone de cinco grandes apartados: los entrantes, el primer plato, el segundo plato, la guarnición y el postre. A pesar de que no siempre es necesario cumplir con todas las fases, a continuación te desvelamos cómo debes organizar tu menú si quieres sorprender a los tuyos con un festín gastronómico a la italiana.
Porque, y esto es algo que en Italia saben bien, cocinar (y mucho más un plato de pasta) es todo un gesto de amor.
Antipasti, los entrantes para acompañar un buen plato de pasta
Tal y como ya hemos visto, los antipasti son los entrantes o aperitivos con los que se comienza cada comida. Suelen ser bocados pequeños con los que abrir el apetito y prepararnos para disfrutar de los siguiente platos. Además, es habitual servirlos en concordancia con el resto del menú.
Si el plato de pasta o el principal se compone de carne, puede ser buena idea equilibrar la comida con un antipasto de pescado; por ejemplo, con marisco cocido o frutti di mare. En general, los antipasti más comunes se sirven fríos, como los carpaccios, ensaladas o platos variados de embutidos y quesos de la zona.
Como buena cocina mediterránea, también en Italia son frecuentes los entrantes a base de verduras, preferiblemente de temporada. Se suelen preparar a la parrilla con aceite de oliva local, o se puede optar por una sopa vegetal o con legumbres, como la minestra, especialmente durante el otoño y el invierno.
Il primo, el primer plato
La estrella del primer plato de todo buen menú italiano que se precie es, sin duda, la pasta. La grandísima variedad de pastas y salsas diferentes que encontramos en toda Italia nos permite escoger nuestra receta favorita. Las pastas Barilla nos ofrecen infinitas posibilidades para traer lo mejor de Italia a nuestra mesa y, así, convertir la pasta en la gran protagonista de nuestro menú.
Además de pasta, podemos servir como il primo un plato de risotto, que puede apetecer más en invierno, una sopa más contundente o incluso unos gnocchi. Esta especilidad italiana a base de patata se puede acompañar con alguna de nuestras salsas Barilla preferidas, siendo especialmente recomendables las de tomate como la Basilico Barilla o el Pesto alla Genovese.
¿Qué comer como primer plato antes de la lasaña?
Dada su combinación de pasta y carne, no siempre sabemos en qué bloque ubicar la lasaña, una receta contundente y deliciosa. Podemos situarla como un punto medio, entre il primo e il secondo, pero ¿con qué acompañarla?
Dando por hecho que el postre es inexcusable, podemos tomar un ligero carpaccio como antipasto y unas verduras como contorno o guarnición. Una clásica caponata siciliana, algo así como un pisto, será una estupenda opción.
Il secondo, el segundo plato
El segundo plato, o plato principal, consiste normalmente en una ración de pescado o de carne. La elección dependerá de la época, la región y de los gustos del comensal, aunque existen algunas especialidades que no pueden faltar en la carta de los mejores restaurantes italianos.
Por ejemplo, entre las carnes podemos preparar saltimbocca a la romana, ossobuco, scaloppina milanesa, vitello tonnato o bistec a la fiorentina. Si preferimos servir pescado, es muy popular el pez espada a la plancha, la dorada y la lubina asadas, las sardinas o mariscos como los mejillones o las gambas. Sicilia es especialmente famosa por sus platos de mar, mientras que en otras regiones aprovechan el pescado de río como la trucha.
Contorno o guarnición
Ya hemos visto que la pasta se reserva para servir como primer plato, por lo que no es habitual encontrarla como acompañamiento de carne o pescado. En su lugar, la guarnición del plato principal suele consistir en preparaciones sencillas de verduras y hortalizas.
Los italianos preparan parrilladas de verduras típicas de las regiones mediterráneas, con preferencia por la berenjena, el calabacín y la cebolla, siempre con buen aceite de oliva nacional. Las setas son otra gran elección cuando están de temporada, e incluso se pueden servir ensaladas sencillas como guarnición.
Acompañamiento para raviolis
A los raviolis les ocurre algo similar a la lasaña: son contundente y combinan pasta y un relleno potente (muchas veces, de carne), por lo que no siempre sabemos con qué acompañarlos.
Una crema de verduras puede ser la elección perfecta para los meses fríos, pues ayudará a entrar en calor; en verano, una ensalada caprese nunca falla.
Cómo acompañar una pasta boloñesa
Puede ocurrirnos que un menú clásico italiano nos parezca demasiada cantidad y optemos por cocinar solo un primero o un segundo, sin prescindir de los entrantes. Si el plato estrella va a ser una pasta boloñesa, podemos preparar una tabla de quesos como aperitivo. Unos sencillos mejillones al vapor también son una apuesta segura, igual que unos resultones crostini o tostaditas con patés, verduras o algún embutido.
Ensaladas para acompañar pasta
Ya hemos mencionado antes la ensalada caprese, un icono de la cocina italiana y un recurso ideal para destacar en el menú sin complicarse. Además de esta, ¿qué otras ensaladas podemos preparar para acompañar la pasta?
La panzanella, típica de la Toscana, combina tomate, cebolla, albahaca, trozos de pan y apio, principalmente, y es estupenda como guarnición a los platos más contundentes de pasta. También se pueden llevar a las ensaladas los alimentos de mar: unos calamares a la plancha con escarola y buen aceite de oliva virgen extra será todo lo que necesites para un entrante sabroso y saludable.
Il dolce, la hora del postre
El apartado dulce es el colofón de todo buen menú, y no podía ser menos en el caso de Italia. Existen muchos postres diferentes a lo largo de todo el país, pues cada región tiene su especialidad. Entre los más populares se encuentran el gelato o helado, la pannacotta, el célebre tiramisú o los profiteroles.
Si la comida ha sido muy copiosa, se puede optar por una macedonia o simplemente por una porción de fruta fresca de temporada. Los sorbetes son otra buena opción, ya que resultan mucho más ligeros que los helados. También destacan los pasteles o tortas, que pueden llevar frutos secos, chocolate o frutas, como la torta di noci, la torta di riso o el castagnaccio.
Finalmente, si deseas culminar tu típico menú italiano, puedes servir un licor digestivo o café espresso, junto con unos pequeños dulces, galletas o biscotti. Siguiendo todos estos pasos podrás recrear la mejor cocina italiana en tu mesa, dando a tu pasta favorita un acompañamiento de lujo.
Más información | Barilla – Recetas de cocina, pasta y salsas preparadas
En Espacio Barilla Sabor de Italia
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Imágenes: Barilla y Shutterstock/Evgeny Karandaev