Hace unos meses, cuando reflexioné sobre lo que significaba ser abstemio en una sociedad alcoholizada como la nuestra, os comenté que mi padre había cambiado la cerveza normal por la sin alcohol. También mencioné que a veces se me olvidaba comprarle cuando venía a visitarme, aunque para la próxima ocasión le tengo preparada una Buckler 0,0 blanca.
Vienen días felices para el bebedor de 0,0, reza el slogan de la campaña publicitaria que promociona esta cerveza blanca de trigo 0,0, así como una versión negra de malta tostada. Pero tras realizar la pertinente cata de cerveza, me temo que no hay que lanzar las campanas al vuelo todavía.
Diseño y aspecto
La Buckler 0,0 blanca de trigo se presenta en el habitual envase de buckler 0,0, una lata más estilizada que las habituales de 33cl con un diseño en el que predomina el azul, el dorado y el blanco, haciendo referencia al contenido (en la negra, lógicamente, se sustituye el blanco por dicho color).
Una vez la vertemos en la copa o el vaso, nos sorprende su color excesivamente pálido y poco uniforme, llegando a ser casi blanco en la base, un poco más dorado hacia la boca de la copa. Su turbiez tampoco es demasiado atractiva, aunque lo compensa con una espuma densa y bastante persistente, aunque sin llegar a lo habitual en una cerveza blanca de trigo. Por último, conviene mencionar que el carbónico parece brillar por su ausencia.
Cata de cerveza
Quizás lo mejor, o al menos lo más fidedigno, de la Buckler 0,0 blanca de trigo sea su aroma. No es que sea excelso, pero sus notas florales recuerdan un poco a la experiencia que uno siente cuando se acerca a una Hoegaarden (por nombrar la Witbier más conocida) para dar el primer sorbo.
Sin embargo, este pequeño déjà vu desaparece en cuanto damos un trago. Es ahí cuando apreciamos que le falta mucho, muchísimo cuerpo y que el carbónico está desaparecido en combate. Además el sabor es indescriptiblemente insulso y poco agradable. La mejor manera que se me ocurre para describirlo es asemejarlo al sabor de ese último trago de cerveza que nos hemos olvidado en el vaso demasiado tiempo.
Bien es cierto que no soy bebedor habitual de 0,0, y que mi juicio está condicionado por ese hecho. No obstante, he compartido con mi padre cervezas 0,0 en más de una ocasión --siendo precisamente la buckler 0,0 normal nuestra favorita-- y no he notado tanta diferencia con una cerveza con alcohol como en el caso de la Bucker 0,0 blanca. Alabo la iniciativa del grupo Heineken en este sentido, pero creo que esta vez el resultado dista de aceptable.
Buckler 0,0 blanca
Cerveza blanca de trigo sin alcohol 0,0% Vol Puntuación: 4
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