Llega a España la nueva Grimbergen Blanche. La catamos y recorremos su historia

Durante unos años mi familia se trasladó a Bruselas, una de las ciudades más cerveceras del mundo. Allí descubrí muchas clases de cerveza. Entonces corría el año 1995 y cada vez que volvía a España me encontraba con un panorama bastante aburrido en cuánto a variedad de sabores (aunque siempre he sabido adaptarme a los cambios y me encantan nuestras marcas autóctonas).

Mucho ha cambiado el panorama, Grimbergen lleva ya años en nuestro país y el mercado de las cervezas en España es más maduro. Ahora bien, faltaba por llegar la deliciosa Blanche, la especialidad que siempre me pedía cuándo viajaba a Bélgica. Mi favorita. Por eso, me acerqué a su presentación con una ilusión especial (incluso con un sabor de nostalgia). Más aún cuándo supe que venían los monjes de la Abadía de Grimbergen dónde se hace la Cerveza. Pasad con Directo al Paladar a la Abadía (improvisada) de Grimbergen, en la Antigua Fábrica de Tapices de Madrid y degustad con nosotros las especialidades de Grimbergen: Blonde, Double y la recién llegada Blanche. Amén.

Mahou, distribuidora de la cerveza Grimbergen en nuestro país, celebró la llegada de la Blanche por todo lo alto. En La Antigua Fábrica de tapices de Madrid, con un reducido grupo de especialistas en gastronomía y cerveceros, nos acercaron hasta la abadía tematizando el espacio con un púlpito, unas cristaleras digitales y puertas arquedas. La experiencia en sí ya fue divertida. Pero los invitados de honor de este evento no fuimos ni los especialistas en gastronomía, ni los directivos de Mahou, ni los periodistas, ni el presentador... Los auténticos protagonistas fueron el Abad y el Padre de la Abadía de Grimbergen.

Ellos nos contaron la fabulosa historia de la Abadía. Los que somos bibliófilos, o seriéfilos, recordábamos Los Pilares de la Tierra o Un mundo sin fín... El recorrido es fascinante. Nació en el año 1128 y fue arrasada tres veces, primero por una guerra, después fue un incendio, después la Revolución Francesa que desmontó piedra a piedra el edificio para construir la ciudad de Bruselas. Pero cada vez, resurgió de sus cenizas y por eso su emblema es el Ave Fénix.

En los años 50 se reconstruyó y se encontraron viejos documentos sobre la fabricación de la cerveza, se recuperaron las recetas y se volvió a comercializar. Ahora ya en este mundo del marketing y de la Globalización que tan bien nos conoce y conocemos. La cerveza es la fuente de ingresos que permite mantener la abadía y los trabajos parroquiales. Y es un lugar de peregrinación para los turistas (no sé si por su historia o por la historia de su cerveza, quiero pensar que por todo un poco).

Reconozco que no sabía que la cerveza se empezó a elaborar en la Edad media porque el agua era imposible de beber. Era insalubre y tenía un sabor insorportable. Por eso, se empezó a hervir el agua con otros productos, trigo, cebada... Y así nació la cerveza que se hacía e las abadías porque eran los que tenían los campos. Desde entonces hasta hoy han cambiado las formas de producción y se han modernizado, pero la esencia permanece. Por eso, es un honor que el Abad de de Grimbergen nos invite a esta cata de sus especialidades de cerveza:

Primero la Blonde, la rubia, la más cercana a nuestros sabores cañís. Pero con una graduación alcohólica que te pone el hipo más que quitarlo: 6,7 grados. De color dorado y critalino, para mí es deliciosa por su aroma a manzana y algo dulce. Perfecta para maridar con pescado suave y aperitivos.

Segundo, La Doble: Se trata de las más fuerte. Algo excesiva para mí, pero gustará a los más cerveceros. De color tostado y de aroma también: azúcar tostada, caramelo, son sus matices, aunque es más amarga que la blonde. Muy rica con las carnes y las aves.

Y por último la Blanche. De trigo, con el color típico de estas cervezas, un poco más turbio y blanquecino, especiada y, a mi modo de ver, algo floral. Para mí, es la mejor. Aunque no os fiéis, ya os he dicho que soy fan desde muy joven de esta cerveza.

No quiero dejar de comentar dos cosas antes de acabar este post: Ojo con la graduación. Estás cervezas, deliciosas, hay que tomarlas con calma y disfrutarlas... si no acabarás entonando cantos greogorianos o el Asturias Patría Querida.

Por otro lado, recordar los riquísimos pinchos con los que acompañamos las cervezas que eran del catering de Bokado. Aunque ha cerrado el restaurante maravilloso del Museo del Traje, su equipo sigue trabajando y pudimos probar creaciones muy especiales como el langostino con palomitas de la foto. Enhorabuena a la organización de Mahou por la selección. Un placer conocer a la nueva de la familia, la Blanche Grimbergen, y saludar de paso a todas las demás (que por cierto renuevan su envase), en tan agradable compañía. Lo pasamos de fábula. Gracias.

Más información| Grimbergen En Directo al Paladar| Catas de cerveza

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