Con este slogan ligeramente engañoso, Staropramen, la cerveza nº1 de Praga en el mundo, se presenta esta lager que, en realidad, no es ni siquiera la principal cerveza de la República Checa, pues allí la reina no es otra que Pilsner Urquell, la rubia perfecta.
Sin embargo, no deja de ser cierto que Staropramen es la cerveza producida en Praga que más se vende en el mundo --lo cual tampoco debe de ser muy complicado, que no hay tantas-- y que está presente en más de 37 países, con especial arraigo en Irlanda, donde es una lager muy valorada.
Un poco de historia
El origen de la cervecera Staropramen --cuyo nombre significa "vieja fuente"-- se remonta a mediados del siglo XIX, cuando en 1869 se ofrecieron acciones para participar en la creación de una fábrica de cervezas en Smíchov. La primera cerveza que salió de esta fábrica fue en 1871.
Tras la Primera Guerra Mundial, las cerveceras checoslovacas disfrutaron de una época de bonanza y crecimiento, llegando a convertirse Staropramen en la mayor cervecera de todo el país. La suerte, no obstante, les fue esquiva tras la Segunda Guerra Mundial, pues con la llegada del comunismo se nacionalizó la producción.
No fue hasta la caída del muro de Berlín en 1898 y el fin del régimen comunista que las cerveceras checoslovacas pudieron resurgir, uniéndose la mayoría bajo el grupo Pražské Pivovary en 1992. Este grupo fue comprado por la Bass Company, quien la vendió en 2000 a Interbrew, y esta se fusionó AmBev en 2004 para formar Inbev, cuyo nombre cambió a StarBev en 2009. Actualmente Staropramen es la segunda cervecera de mayor producción en la República Checa con el 15,3% del mercado nacional.
Diseño y aspecto
No sé a vosotros, pero a mi la botella y el diseño de la etiqueta de Staropramen se me antoja demasiado similar a la de Pilsner Urquell como para que sea casualidad. Una botella de cristal verde con unas proporciones similares y, lo que se nota más, un logo tipo con una letra verde ligeramente enrevesada, inclinada y subrayada.
Una vez vertida en la copa, preferiblemente larga, nos encontramos ante una cerveza de un color dorado muy atractivo que combina perfectamente con su espuma blanca, abundante y esponjosa, aunque poco duradera. Se percibe también un carbónico abundante de burbuja no muy fina.
Degustación
Aunque en nariz hay quien le encuentra notas de nuez moscada y cereal, para mi predomina mucho el olor a verduras y hierba del lúpulo, algo que comprobaremos en cuanto demos el primer trago, donde notaremos todo el amargor del lúpulo. Aunque sin ser excesivo, percibiremos como va in crescendo en el retrogusto a pesar de unas notas finales dulces.
Este amargor es propio de las cervezas checas, y hasta resulta refrescante, pues su paso por boca es ligero, pero lo que no me acaba de entusiasmar de la Staropramen es la falta de matices, algo en lo que es muy rica Pilsner Urquell, su más directa archienemiga. Staropramen huele a hierba y sabe amarga, con eso bastaría para describirla, aunque tampoco os vayáis a pensar que no es un trago agradable.
Staropramen
Premium Lager 5% vol Puntuación 7
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