50 años de comida espacial

El 20 de febrero de 1962 John Glenn se convirtió no sólo en el primer estadounidense en vuelo orbital, sino también en el el primero en ingerir alimentos. Desde entonces han pasado más de 50 años de comida espacial, que ha evolucionado desde la crema de manzana en tubo que ingirió hasta las costillas recubiertas con jengibre, puré de guisantes y champiñones en vinagre que degustaron en el último Discovery a la estación espacial.

Aprovechando las bodas de oro de tan significativo acontecimiento, y con unos meses de retraso, la NASA ha compartido con el mundo imágenes de muchos de los alimentos que componían el menú de los astronautas --aunque no tiene intención de subastarlos--, para que podamos hacernos una idea de como es comer en el espacio.

Los comienzos

Comida "por un tubo" y pastillas de las primeras misiones

Viendo las fotos e investigando un poco, empieza a parecerte atractiva y deliciosa la comida de los aviones, especialmente si nos fijamos en los primeros viajes tripulados, como los del programa Mercury, donde los alimentos venian en tubos de pasta, como si fueran dentrífico, o en pastillas deshidratadas de alto valor calórico, que debía ser como meterse en la boca una pastilla de caldo concentrado ¡Uhm, Delicioso!

Un poco mejor comió el primer cosmonauta ruso en ingerir alimentos en el espacios, German Titov, quien voló el 6 de agosto de 1961 a bordo de la Vostok 2 --antes que el estadounidense, todo sea dicho-- y se metió entre pecho de espalda una crema de verduras, una lata de pasta de hígado y zumo de grosella.

La comida de la misión Apolo

Afortunadamente para los astronautas, la cosa fue mejorando con el pasar de los años. En el programa Gemini ya se incluyeron bebidas como el mosto o el zumo de naranja, mientras que algunas comidas se podían rehidratar antes de ser ingeridas, lo que les daba un aspecto más atractivo.

Estofado de carne y un brindis con vodka

Durante las misiones del Apolo americano y el Soyuz ruso se fue ampliando el menú, de forma que los astronautas que fueron a la luna pudieron disfrutar de café, beicon en cuadrados, cereales, sandwiches, ensaladas y hasta estofado de carne y espaguetis. Muchos alimentos se rehidrataban con agua caliente para mejorar su sabor y hasta pudieron usar una especie de cuchara por primera vez en el espacio a pesar de la ausencia de gravedad.

¿Un chupito para celebralo?

Como anécdota para la historia quedarán los tubos que los rusos ingerían durante la misión conjunta Apolo-Soyuz. Para sorpresa de los norteamericanos en los letreros se podía leer Vodka en letras cirílicas bien grandes , aunque en su interior contenían borsch, una sopa típica ucraniana, pues no se trataba más que de una broma de los rusos, los muy guasones.

El Skylab, a punto de llevarse una estrella Michelin

Probablemente, de todas las misiones espaciales, los que mejor comieron fueron los habitantes del SkyLab, la primera estación espacial estadounidense. Tenían una pequeña cocina con un horno eléctrico donde calentar la comida, una gran variedad de alimentos enlatados, una cubertería completa y hasta neveras y congeladores en los que conservar helado, bebidas e incluso langosta o filetes. Vamos, que poco más y le dan una estrella Michelin.

Del Skylab son también las bandejas en las que se debieron inspirar los de mi colegio para diseñar las de mi comedor escolar. Incluían huecos para los diferentes platos, condimentos y bebidas, e incluso la posibilidad de calentar algunos de ellos.

En las misiones futuras de la Estación Espacial Internacional y los transbordadores espaciales se quitaron estos lujos, centrándose en conseguir rehidratar con éxito todo tipo de comidas con agua caliente, para así aumentar la variedad de los diferentes menús. También buscaron mejorar las técnicas de conservación para poder aumentar la duración de algunos alimentos y presentarlos en su forma natural para hacerlos más atractivos.

50 años después empieza a parecer comida de verdad

En las últimas misiones ya podemos ver frutos secos, galletas y caramelos envasados al vacío, con un aspecto muy similar al que los podríamos disfrutar en la tierra. Hasta tienen sobrecitos con mayonesa y mostaza como si se hubieran ido a comer a la hamburguesería de la esquina.

Sin embargo, a pesar de todos los avances de 50 años de comida espacial, sigue sin parecer demasiado atractivo meterse en el cuerpo lo que sale de una bolsa que más bien parece un gotero --aunque ahora hay zumos que se presentan de forma similar-- y el hecho de que la mayoría de astronautas adelgazaran y sobrevivieran a base de barritas energéticas lo confirma.

Imágenes vía | Designboom y Najdejda En Directo al Paladar | Masa de churros en spray. Había que probarla

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