Parece lógico que le toque el turno al cristianismo en nuestra serie de alimentos prohibidos en cada religión, pues de hecho toda la serie nació para explicar qué restricciones alimentarias promueve la religión mayoritaria en nuestro país, y que se hace patente especialmente durante la Cuaresma.
Los alimentos prohibidos en el cristianismo
En el Antiguo Testamento encontramos las mismas prohibiciones alimentarias que rigen el judaísmo, ya que esas prohibiciones se encuentran en el Levítico, un libro que forma parte tanto de la Biblia como de la Torá. Siendo más precisos, es el tercer libro del Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia, que a su vez se corresponden con los que forman la Torá.
De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda. También el cerdo porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo Levítico 11:3-7
Sin embargo, en el Nuevo Testamento todas estas prohibiciones son claramente retiradas de boca del mismo Jesucristo:
Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Marcos 7:15
Y también aparece en el Libro de los Hechos:
Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, subió Pedro a la terraza, sobre la hora sexta, para hacer oración. Sintió hambre y quiso comer. Mientras se lo preparaban le sobrevino un éxtasis, y vio el cielo abierto y que bajaba hacia la tierra una cosa así como un gran lienzo, atado por las cuatro puntas. Dentro de él había toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo. Y una voz le dijo: «Levántate, Pedro, sacrifica y come.» Pedro replicó: «De ninguna manera, Señor; porque jamás he comido nada profano e impuro.» La voz le dijo por segunda vez: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.» Esto se repitió tres veces, e inmediatamente la cosa aquella fue elevada hacia el cielo. Libro de los Hechos 10, 9-16.
Cabe matizar, sin embargo, que algunos protestantes son más estrictos, así como los Testigos de Jehová, los Adventistas...
Ayunos y abstinencias de carne
Como hemos visto no hay ningún alimento prohibido expresamente en el Cristianismo. Sin embargo, entre los siete pecados capitales sí que encontramos la gula (comer en exceso, de forma compulsiva), que se contrapone frente a la virtud del ayuno y la abstinencia.
Precisamente hoy, Viernes Santo, es, junto con el Miércoles de Ceniza, uno de los dos días del año en los que se debe guardar ayuno, limitándose a consumir únicamente líquidos y hacer una comida al día, no siendo tan estricto como el ayuno del Ramadán.
Sin embargo, la abstinencia de carne se extiende a todos los viernes del año y a todo el tiempo de Cuaresma (los cuarenta días que transcurren desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Ramos) si bien se puede sustituir esta abstinencia por una acto de caridad o de penitencia, reduciendo la obligatoriedad de esta abstinencia a los viernes de Cuaresma.
Canon 1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma. Canon 1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miercoles de Ceniza y el Viernes Santo. Canon 1252 La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.
Creo que eso es todo por lo que respecta a los alimentos prohibidos en el Cristianismo, que solo se reduce a no comer carne los viernes y ayunar dos días al año (aunque el ayuno como penitencia se puede practicar voluntariamente cualquier época del año). Lo que sí que me gustaría recalcar un poco es el espíritu del ayuno, y sobre todo de la abstinencia. Me refiero a que no comer carne los viernes de Cuaresma pero darse un atracón a marisco va en contra de lo que se busca, que es hacer penitencia.
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