Burger King: la historia de los creadores de la Whopper que amaban la parrilla por encima de todas las cosas

Cualquiera que haya visitado uno de los más de 11.000 establecimientos de Burger King que hay repartidos por todo el mundo conoce perfectamente cuál es el secreto de su éxito, pero nunca está de más hacer un repaso a una historia que arranca en Jacksonville (Florida) en 1953.

Ese año, Keith Kramer y Matthew Burns, el tío de su esposa, no eran ni remotamente conscientes de lo que estaban a punto de crear. Acababan de visitar el restaurante original de McDonald's en San Bernardino (California), fundado en 1940, y poco después ya estaban poniendo en marcha un proyecto inspirado en el ya por aquel entonces exitoso negocio de los hermanos Maurice y Richard McDonald.

La parrilla, una obsesión desde sus inicios

Si hay algo que siempre hemos asociado con Burger King es ese sabor a la parrilla tan característico con el que siempre se han querido identificar. Cabe recordar aquel eslogan de "a la parrilla sabe mejor", mítico donde los haya. Pues bien, una de las primeras cosas que hicieron estos valientes de Jacksonville fue adquirir los derechos de una máquina que recibía el nombre de Insta-Broiler y que fue decisiva a la hora de bautizar su primer restaurante con el nombre de Insta-Burger King.

En este BK primigenio dieron sus primeros pasitos y en apenas unos años ya contaban con varias aperturas en diferentes ciudades de Estados Unidos. Lo que despertó el interés en James McLamore y David Edgerton, compañeros de clase en la Universidad de Cornell y unos visionarios, si tenemos en cuenta todo lo que vendría a partir de aquí.

Corría el año 1954 cuando McLamore y Edgerton compraron su primera franquicia en Miami, una ubicación perfecta si tenemos en cuenta que su área metropolitana estaba en crecimiento justo en ese momento. Poco después, tras varios intentos de mejora del Insta-Broiler, crearon su propia parrilla de gas, que llamaron "asador de llama" y resolvía muchos de los problemas que venían arrastrando con la otra máquina.

5 años más tarde ya contaban con varias franquicias de Insta-Burger King en el área de Miami-Dade y el negocio estaba creciendo a muy buen ritmo por todas partes, pero no por ello dejaron de tener problemas con sus máquinas. Ahora eran los elementos calefactores los que se veían afectados por el goteo continuado que provocaban las empanadas de carne al ser cocinadas.

Y así fue como llegaron a la parrilla de gas mecanizada que, ahora sí, suponía el avance definitivo para poder seguir expandiéndose sin problema, sin tener que estar resolviendo incidencias continuamente. Ahora las hamburguesas se cocinaban de una manera diferente dentro del aparato de cocción: las empanadas se movían verticalmente en un transportador de eslabones de cadena sobre los elementos calefactores, un sistema que venía a imitar a una parrilla de carbón. El siguiente paso fue sustituir todos los Insta-Broiler por la nueva unidad de diseño en todos sus locales.

Un vistazo a…
SMASH BURGER

Adiós, Insta-Burger King

A pesar de que en 1955 ya eran más de 40 los Insta-Burger King que habían proliferado por todo el estado, el grupo tuvo que hacer frente a las dificultades financieras. Un período delicado que culminó en 1959 con la compra de los derechos nacionales de la cadena por parte de McLamore y Edgerton, quienes, además de revitalizar y estructurar las operaciones del grupo, decidieron rebautizar a la empresa como Burger King of Miami.

Poco después, comenzaron a vender licencias territoriales a franquiciados privados. Pero no sería bajo el nombre de Burger King of Miami, sino con el de Burger King Corporation. Ya por aquel entonces, no solo el "asador de llama" era marca de la casa, también había visto la luz la mascota, un personaje que ya no iba a dejar de aparecer en su publicidad durante los siguientes 60 años, y se había creado el sándwich exclusivo de la compañía.

Nos referimos, obviamente, al Whopper, que fue bautizado así porque quería hacer referencia a "algo grande" (en aquel momento sus máximos competidores estaban teniendo mucho éxito gracias a la elaboración de una hamburguesa de mayor tamaño).

Para 1961, tanto el rebautizado Burker King como su plato insignia, habían empezado a extenderse por EE.UU, en 1967 el grupo sería adquirido por Pillsbury Company (por 18 millones de dólares) y antes de que acabase la década de los 70, ya se habían convertido en la segunda cadena de hamburguesas más grande del país. La primera seguía siendo McDonald's.

Por aquel entonces los números ya eran otra cosa. Se estima que contaban con cerca de 8000 empleados y habían abierto 274 nuevos locales, siendo su presencia especialmente llamativa en Florida y todo el Sur Este de Estados Unidos (en 1966 también habían abierto su primera franquicia fuera de suelo norteamericano en las Bahamas).

Además, no iban a tardar en recibir uno de sus reconocimientos más importantes. Y es que fueron los primeros en implementar comedores y los primeros auto-servicios allá por 1975. Un modelo de negocio que se hizo muy popular rápidamente y a día de hoy sigue representando el 50% de todo lo que es Burger King.

En esta época vería la luz una de sus campañas de marketing más potentes, que bajo el lema "como tú quieras" venía a ofrecer la oportunidad al consumidor de personalizar su hamburguesa.

Más establecimientos, más internacionalización,... y más cambios de dueños

Hacemos un salto en el camino para viajar hasta 1989, ya que ese año la compañía Pillsbury, que hasta ese momento había sido la propietaria de la marca, fue comprada por el grupo Grand Metropolitan PLC. Éstos aportaron nuevos procesos a la hora de ofrecer sus servicios, apostando más a fondo por las nuevas tecnologías.

Fueron los responsables del crecimiento de la empresa durante toda la década de los 90, empresa que más tarde cambiaría su nombre en 1997 por el de Diageo (sí, los de Johnnie Walker, Tanqueray, J&B, etc.). De hecho, ese mismo ese año se unieron a la cervecera Guiness, que hoy en día sigue formando parte del grupo.

Pero la cosa no se quedaría ahí. En el 2002 cambiaron nuevamente de dueños después de que Texas Pacific Group, Bain Capital y Goldman Sachs Partners se pusieran de acuerdo para comprar los derechos de Burger King por 1500 millones de dólares. Los nuevos propietarios se centraron en recuperar las raíces de la marca, enfocándose esta vez en los productos que mayor impacto tenían en el público. Paralelamente, iniciaron un proceso de reorganización y mejoras de cara al cliente para, a partir del 2006, aterrizar en Wall Street lanzando acciones al mercado a un precio de 17 dólares. El objetivo era eliminar las deudas que venían arrastrando desde varios años atrás.

Nuevamente en 2011 la compañía cambia de dueño al ser adquirida por 3G Capital, de origen brasileño, y en la actualidad se estima que dan trabajo a más de 300000 personas en todo el mundo, empleados que se distribuyen a lo largo de los más de 11000 restaurantes, repartidos por 65 países. Y, ya que estamos con cifras impactantes, ahí va la de las ventas anuales de Whopper, su buque insignia: 1.7 billones (lo que se traduce en unos ingresos estimados de 4 millones de dólares al día). Ahí es nada.

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