Hace unos días compartíamos con vosotros el emotivo proyecto Soul Kitchen, el restaurante solidario de Jon Bon Jovi en el que el cliente decide si paga. Hoy nos emocionamos de nuevo al leer sobre Gabriel Garza Alanís y su proyecto Destellos de Sabor.
Así como con Jon Bon Jovi nadie pestañearía al leer su nombre, pues de todos es conocido y no necesita presentación alguna, con Gabriel Garza Alanís ocurre lo contrario. Pero no os preocupéis, porque hoy os queremos contar sobre el, sobre Destellos de Sabor y sobre dónde su solidaridad le está llevando.
¿Quién es Gabriel Garza Alanís y qué es Destellos de Sabor?
Gabriel Garza Alanís es un empresario mexicano de 37 años de edad, propietario del negocio de catering El mantel. En 2009, por motivos de trabajo, Gabriel visitó Destellos de Luz, una fundación que brinda atención integral a personas con problemas visuales y escasos recursos, y quedó tan impresionado con su labor que quiso formar parte de ella de alguna manera.
Sin ningún tipo de conocimiento teórico de cocina, ni experiencia en el campo de la docencia, menos aún dirigida a personas con habilidades diferentes, Gabriel se lanzó a la piscina (sin saber nada y por donde cubre) y, en 2009, montó un taller de cocina gratuito para invidentes.
En el arranque no contaban con cocinas, las clases se impartían en un salón polivalente con mesas y punto. No obstante, las ganas y la motivación eran fuertes y, a base de donaciones y trabajo gratuito, Gabriel consiguió poner en marcha los talleres de cocina Destellos de Sabor. En la actualidad se cuenta con los medios apropiados, 40 alumnos y un buen puñado de instructores altruistas.
Destellos de Sabor, que se encuentra en San Pedro Garza García (Nuevo león, México), es un proyecto gastronómico social, alternativo e incluyente que busca el cambio social, la erradicación de la desigualdad y la indiferencia hacia las personas con discapacidad visual.
Los resultados obtenidos en los pocos años de vida que lleva funcionando han sido buenos. Muchos de sus alumnos han encontrado en la cocina una profesión y un sustento de vida. Tal es el caso de Gabriela Rubio Gaytán, de 39 años, quien, tras año y medio de clases, se ha convertido en emprendedora gastronómica vendiendo mermeladas, empanadas y buñuelos que prepara en su propia cocina.
“He mejorado mucho; le he perdido el miedo a muchas cosas. Si le pierdes el miedo a la estufa y al fuego, se lo pierdes a todo”, cuenta Gabriela.
Otro alumno al que los talleres de cocina Destellos de Sabor han cambiado la vida es Francisco Alejandro Dávila Díaz, de 44 años, ayudante de cocina en el restaurante El muelle de al lado. Moverse en una cocina profesional sin el sentido de la vista es difícil, pero no imposible. La prueba son los tres años que Alejandro ya lleva metido en ello.
¿Cómo enseñan cocina a alumnos con deficiencias visuales?
A pesar de la falta de experiencia en docencia, Gabriel ha sabido crear técnicas de trabajo adaptadas que ayudan a la familiarización de los alumnos con las herramientas de cocina, sobre todo con las peligrosas: cuchillos, ollas, etc.
Una de ellas es la técnica del reloj, mediante la cual los alumnos identifican las 12 como arriba, las 3 como la derecha, las 6 como abajo y las 9 como la izquierda. Y así, cuando escuchan "a las 3 hay un cuchillo" o "a las 9 hay un aguacate", ubican los objetos que hay sobre la superficie de trabajo sin problema.
También aprovechan que, en personas invidentes, el resto de sentidos está más desarrollado y lo usan en su favor. Los alumnos son capaces de identificar con rapidez estados en los procesos de cocina mediante el olfato, el oído o el tacto. Son más sensibles que una persona que si ve.
“Los alumnos llegan a decir: Esto tiene semillas o Se escucha que el aceite ya está listo para poner la carne; y con el olfato y el tacto identifican todos los ingredientes, de hecho pueden diferenciar el pimiento verde del rojo. Es algo impresionante”, cuenta Gabriel.
Una merecida nominación al Basque Culinary World Prize
Por todo esto, no es de extrañar que Gabriel haya sido nominado para ganar el Basque Culinary World Prize, primer concurso de gastronomía social en el mundo. Galardón creado por el Basque Culinary Center en colaboración con el gobierno del País Vasco para reconocer el trabajo de cocineros, hosteleros o personas relacionadas a las industria gastronómica que han desarrollado la iniciativa sociales transformadoras.
Destellos de Sabor es uno de los veinte proyectos nominados al premio, a cual más interesante y entre los que se encuentran profesionales de la talla de José Andrés, uno de nuestros chefs más internacionales. El proyecto ganador será revelado hoy, 11 de julio de 2016. Seguiremos su hashtag #basqueculinaryworldprize para estar informados del resultado.
Vía | Munchies
Imágenes | Antonio García en Flickr y Destellos de Sabor
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