Siempre aparece ante un motivo de celebración pero nunca me había preguntado desde cuando éxiste el brindis. Suy origen se sitúa entre los griegos por el siglo VI a.c. El motivo es más que evidente una vez que lo sabes. Era una forma de asegurar a los invitados que el vino que le ofrecías no estaba envenenado. Por esa época el arte del veneno era una de las mejores formas para eliminar a enemigos. Por esto, el anfitrión tenía que ser el primero en beber el vino y después el resto de invitados levantaban su vaso y bebían. Los romanos adquirieron esta misma costumbre. Agregando además un trozo de pan tostado al vino (toast), de ahí la palabra brindis. Si el vino era de una calidad inferior, mediante este procedimiento conseguían eliminarle la acidez y darle un sabor más agradable. Con el tiempo el brindis se ha convertido en una tradición.