Hace unos días la UNESCO dio a conocer su decisión de nombrar como patrimonio mundial la región de Champagne, sus viñedos y sus casas productoras de la famosa bebida burbujeante.
De esta manera se reconoce el carácter histórico y único de una manera particular de producir una de las mejores bebidas jamás inventadas. La doble fermentación que caracteriza parte del proceso productivo del Champagne data del siglo XVII y fue modernizada a partir del siglo XIX con la llegada de la industrialización.
Más allá de que nos guste o no el Champagne, es interesante ver como este tipo de productos y localidades son reconocidos como parte del patrimonio mundial. En efecto, otros viñedos y regiones agrícolas, como Saint Emilion en Francia o el Piemonte en Italia, han sido ya nominadas en años anteriores. Este "premio" representa sin duda un incentivo para los productores para mantener un nivel de excelencia en los estándares de producción, tanto de la uva como del producto final.
Adicionalmente, esta inclusión del Champagne en el catálogo del patrimonio mundial por parte de la UNESCO, representa un serio apoyo a una región que se verá seguramente beneficiada por un aumento turístico. Además, los galardonados a este tipo de reconocimientos pueden acceder a financiamientos ofrecidos por la propia UNESCO con el fin de poner en práctica políticas de preservación del patrimonio. Una ayuda nada despreciable en una época en que la economía europea no anda por su mejor momento.
Finalmente cabe señalar que los reconocimientos de la UNESCO de este año incluyeron también el vino de Borgoña, un jardín botánico de Singapur o la montaña sagrada de Burkhan Khaldun en Mongolia, de todo un poco pues.
Imágenes | Champagne-Ardenne Tourisme
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