El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha iniciado el trámite para que la “tradición cultural de las Tapas” sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, reconocimiento que colocaría esta práctica gastronómica junto a otras como el arte de la pizza napolitana o la Dieta Mediterránea.
Pero, para que se reconozca a las Tapas como patrimonio inmaterial es necesario definir en qué consiste la manifestación con pelos y señales, y esto es lo que la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural ha tratado de plasmar en el Boletín Oficial del Estado (BOE), atendiendo a sendos informes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Real Academia de la Gastronomía.
Como se recoge en la Resolución publicada en el BOE del 16 de febrero, “las Tapas se han convertido en uno de los elementos más representativos de la identidad no solo alimentaria, sino cultural de nuestro país, adquiriendo un gran reconocimiento internacional que las asocia ya de una manera indisoluble a lo español”.
Cierto es que el texto reconoce que la práctica tiene “algunas diferencias zonales y/o locales”, pero se atreve a definir con exactitud algunos elementos que definen a las tapas con los que quizás se levanten suspicacias.
Estos son los aspectos que el ministerio considera necesarios e innecesarios para “ir de tapas”:
1. Ir de pinchos y de tapas es lo mismo
“Pincho y Tapa pueden ser considerados, en la actualidad, como términos equiparables”, afirma con rotundidad la resolución que firma el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente Batanero. “Así sucede, por ejemplo, en las comunidades autónomas del País Vasco o La Rioja donde el término «pincho» es mucho más utilizado que el de «tapa» y se refiere a cualquier alimento o receta que se consume en los bares con la bebida en formato de raciones individuales”.
2. Ir de tapas es un acto cuyo objetivo es beber
La resolución especifica que “no se puede entender la tapa o el pincho sin esta acción de ir de tapas o tapear”. Las tapas no son un sinónimo de “comida española”, que es lo que piensa todo el mundo más allá de los Pirineos.
En concreto ir de tapas –“de vinos”, “de potes” o “de cañas”, expresiones que la resolución considera “equivalentes”–, “consiste en la costumbre de juntarse grupos de personas que realizan, con una temporalidad periódica o no, la visita a bares y tabernas diferentes de una misma zona y situados muy próximos entre sí, con la finalidad de consumir bebidas, básicamente vino y cerveza”.
“El objetivo no es tapear o consumir alimentos, salvo en aquellos lugares que es costumbre poner un pequeño aperitivo, sino juntarse para consumir en común las bebidas”, prosigue la resolución. “Es precisamente esa reunión de amigos y/o familiares, en definitiva la socialización en el bar, lo que le otorga un importante valor a la hora de plantear el valor patrimonial de las propias tapas”
3. Se tapea en los bares y en la calle
“El lugar característico del tapeo es la taberna”, asegura la resolución del ministerio, que apunta además que es habitual “la presencia de numerosos establecimientos muy próximos entre sí o incluso colindantes, que configuran pequeños barrios de bares y tabernas donde se practica el ir de tapas”.
Curiosamente, el BOE asegura que una de las características del espacio de las tapas “es el hecho de la incorporación de la vía pública como espacio de consumo”. Como apunta el texto, “la calle pasa a ser ocupada, en muchos lugares, en su totalidad aprovechando la peatonalización de muchos de estos espacios o, simplemente, ocupando aceras y zonas de rodadura”, algo que está prohibido en numerosas Comunidades Autónomas, donde te pueden multar por tomar alcohol en la vía pública.
Se pide a la Unesco, por tanto, que proteja una actividad prohibida en numerosas ciudades, empezando por Madrid.
4. Las tapas no tienen por qué ser gratuitas
Aunque en Madrid, Granada o Salamanca las tapas se conciben como un aperitivo gratuito que se ofrece junto a la consumición, el BOE no considera que este sea un elemento distintivo, sino tan solo una “alternativa o variante”.
5. Pedir raciones también es tapear
“Es habitual usar en algunas zonas el concepto de ración como la comida que se consume durante la acción de tapear”, zanja la resolución. “Viene marcada por la tendencia en algunas zonas de realizar el consumo no de una manera individual, sino compartida en un mismo plato de pequeñas o medianas porciones con una cantidad de alimento mayor que la tapa. Un formato que, de alguna manera, recuerda a los sistemas tradicionales de comer, por ejemplo, entre pastores y pescadores, e incluso en los domicilios particulares, como sucede todavía con la ensalada central, aunque sea una práctica que cada vez va tendiendo más al servicio individual. A diferencia que en el pincho o la tapa individual, todo el grupo consume lo mismo, por lo que es necesario un cierto consenso que se produce antes de solicitar la ración”.
6. Las tapas se toman de pie
“La consumición se realiza normalmente de pie”, asegura la resolución. “Es un consumo de barra. La circunstancia de que el consumo se realice de pie y se cambie de establecimiento o lugar al que ir de tapas genera un ambiente de sobremesa continua. El comer se convierte en un hecho puntual al que hay que dedicarle poco tiempo en cada momento, por lo que éste se emplea en hablar, comentar noticias locales, gastar bromas, etcétera. Esto genera una diferencia clara en la sociabilidad del ir de tapas o de vino, de alguna manera diferente al comer sentado en restaurante, aunque el menú esté formado por tapas”.
7. De tapas se va, no se queda
“Dentro de las costumbres sociales destacar que, para ir de tapas, no hace falta una convocatoria específica”, asegura el texto. “Los grupos estables acuden habitualmente a las zonas de vinos, por lo que con las probabilidades de encontrar a la cuadrilla propia o, en su defecto, a otros conocidos es muy elevada. Esto provoca que la asistencia se realice de una manera espontánea, con la seguridad de estar siempre acompañado”.
8. No se puede ir de tapas solo
“Sería impensable pensar en el hecho cultural del tapeo desde una perspectiva individual”, prosigue el BOE. “Es más, la actividad, en lo que se refiere a grupos sociales, es completamente permeable. Los grupos son terriblemente flexibles y, aunque de una manera habitual se practique con grupos fijos, estos no establecen ningún tipo de exclusividad y un día se puede realizar con un grupo y otro con un grupo completamente diferente”.
Imágenes | IStock/Pixabay/juantiagues/Leo Gonzales
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