Las hallacas son las reinas indiscutibles de la cena navideña venezolana. Es un plato de tradición y su elaboración es un evento familiar, pues la mayor parte de los miembros de la familia tienen una tarea asignada en su preparación, desde los niños que muchas veces ayudan a limpiar las hojas de plátano con las que se envuelve, hasta la abuela que le da la sazón al guiso.
Si me preguntaran a qué se parece una hallaca, les diría que a un tamal pero más grande y más elaborado.
La elaboración de la hallaca es por etapas, primero se prepara el guiso de gallina, carne de res y cerdo (y existen sus variantes hay quien las hace sin cerdo o sólo de gallina). Después está la preparación de la masa de maíz y la limpieza de las hojas de plátano. Luego viene el armado y la colocación de los adornos, pues además del guiso se le suelen poner adentro pasas, aceitunas, almendras, tiritas de pimiento, una rueda de huevo cocido y hay quien les pone un pedazo de tocino. Por último se envuelve la hallaca, se amarra y se pone a cocinar en agua hirviendo.
Cada región del país le imprime su particularidad a la preparación de las hallacas y si le preguntan a algun venezolano, cuáles son las mejores hallacas, lo más probable es que responda que son las de su mamá.
En mi familia estaremos haciendo hallacas el próximo fin de semana, así que ya les contaré... y si se animan les recomiendo guiarse por la receta de hallacas caraqueñas de Armando Scannone.