Viendo la tónica habitual de la fotografía gastronomica actual, uno pensaría que el minimalismo ha quedado desterrado por completo. Flores, cuencos, manteles, servilletas, cuberterías y maderas varias acompañan siempre a nuestras recetas, pero hoy os traigo un magnífico ejemplo de que las fotos de comida también pueden ser minimalistas.
Se trata de parte de las imágenes del Instagram Merry Mishap, en el que la bloguera Jennifer Hagler retrata su día a día, desde su casa a aquello que come, que es lo que nos interesa a nosotros.
Sus fotos transmiten una serenidad deliciosa, en el que el protagonista es aquello que se va a comer, y nada más. Tal vez algún complemento, perfectamente escogido, tanto en forma, textura y color, acompaña al plato que se retrata, aunque la mayoría de las veces no hay nada más que un fondo blanco.
A mi me tiene enamorado, hasta el punto que ha hecho que me plantee el enfoque de mi forma de fotografiar, que estaba tratando de alejar del minimalismo, aunque tal vez, lo ideal sería acercarlo más aún, sobre todo si fuera capaz de lograr imágenes tan atractivas y seductoras como estas.
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