Conservar los alimentos a través del humo les confiere un sabor muy especial, el ahumado concede al alimento unos característicos matices de aroma y sabor. La elección del tipo de madera para elaborar el ahumado es fundamental, se prefiere maderas de tipo duras como el roble, el abedul o el haya en lugar de maderas resinosas.
El ahumado se utiliza sobre todo para carnes y pescados, pero también encontramos quesos y frutas que son una delicia para el paladar. Un rey indiscutible en esta forma de conservación es el salmón, aunque también podemos encontrar ahumados de trucha, bacalao, anchoas, etc.
Cuando consumamos algún tipo de ahumado, lo mejor es que su temperatura no sea muy fría y acompañarlo con pan tostado con mantequilla o queso de untar, un maridaje perfecto sería con un buen vino espumoso o blanco, pero esto en el caso de que sea algún tipo de pescado. En el caso del queso, nosotros preferimos un buen vino tinto.
Somos forofos de los deliciosos ahumados, su sabor es realmente es genuino. Estas fechas son ideales para degustar ahumados que quizás durante el resto del año no encontramos en los supermercados, así que vamos a aprovechar para deleitarnos, pero sin llegar al empacho.
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