Hace unos días, viendo una conocida serie de televisión sobre dos físicos con pocas aptitudes sociales, caí en la cuenta de que estos apenas cocinaban y que escena tras escena se limitaban a devorar comida rápida de toda índole.
No es que sea algo nuevo sobre el firmamento, en multitud de series de televisión —especialmente las americanas— los protagonistas rara vez pisan una cocina salvo para prepararse un café. De hecho cocinar a veces se presenta como algo exótico y, si se hace pareja, hasta super romántico.
Como podéis imaginar, me puse a divagar, y el resultado es esta reflexión personal sobre la relación entre los hábitos alimenticios y la televisión.
La primera cosa que viene a la mente es el conocido dilema del huevo y la gallina. En el caso de la televisión y la alimentación es posible que haya un poco de cada. Por un lado, las series y las películas son en gran medida un reflejo de la sociedad. Los que hayáis viajado a los Estados Unidos habréis podido comprobar como la mayoría de las cosas son, aunque a menudo nos sorprenda, “como en las películas”, y los hábitos alimenticios no iban a ser menos.
Al otro lado del charco, tal como se ve en las series, la comida “casera” está en plena decadencia, especialmente en las grandes ciudades, donde casi es más barato pedir comida rápida que comprar los ingredientes para cocinarla.
Sin embargo, no solo funciona en ese sentido, la televisión también influye mucho en la sociedad, inculcando valores y transmitiendo a los televidentes qué es lo normal y habitual. Así, salvo excepciones, muchos jóvenes crecerán viendo como los protagonistas de sus series solo comen sentados en la mesa las fiestas de guardar o para protagonizar alguna escena de confrontación familiar, siendo su dieta principalmente a base de comida china, hamburguesas, pizzas congeladas y, a lo sumo, unos macarrones con queso.
En las series de producción nacional la comida rápida aún no ha hecho acto de presencia y hay gran cantidad de escenas con la gente comiendo en casa sentados a la mesa con plato y cuchara. Por poner ejemplos medianamente recientes tenemos Médico de Familia, Los Serrano, El Internado… donde muchas escenas se desarrollan con comida casera mediante.
No obstante, es una tendencia a la baja, siendo lo más habitual que los protagonistas se limiten a picar entre horas sin que quede nada claro cuándo, qué y cómo comen.
Aunque aún hay un gran trecho que separa la cultura anglosajona de la nuestra, al menos en cuanto a hábitos alimenticios, da un poco de miedo pensar que nuestros (futuros) hijos puedan acabar comiendo a base de tallarines tres delicias, burritos con queso y hamburguesas de todo tipo.
Y ahora, si me disculpáis, voy a encargar una pizza.
Foto | Fórmula TV
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